Alina Genesio y Uilses Caula pueden contar sonrientes que cumplieron algunos de sus sueños, luego de vivir y recorrer Europa durante más de un año. Desde pequeños ansiaban con conocer el viejo continente y cumplieron su propósito en marzo de 2014. La enfermedad de “Uli”, que padece diabetes tipo 1, no fue un obstáculo para concretar el sueño, sino un desafío a vencer.

Previo al viaje, la pareja vendió todo lo que tenía y con alguna ayuda de sus familias, sacaron pasajes a Australia creyendo que obtendrían una Working Holiday- la visa de trabajo y vacaciones para jóvenes- para trabajar por un año, ahorrar dinero y recorrer distintos países.

Durante un año Ulises comenzó a ahorrar insulinas para armar un pequeño stock y no pasar malos momentos en el viejo continente.

Otras formas de viajar

En Australia no pudieron obtener la visa aunque esto no los desanimó, descubrieron nuevas formas de viajar y conocer otras culturas sin gastar tanto dinero.  Durante 3 meses estuvieron en el país de los canguros y luego volaron a Dinamarca, con un permiso para trabajar por 9 meses.

“Si hay algo que coincide toda la gente que viaja es que lo más difícil es empezar-contó Alina-. Nos fuimos con 2000 dólares y en Australia nos alcanzaba para vivir dos semanas”, agregó.

Visa a Dinamarca y a trabajar

Cuando ya se les acababan el tiempo permitido de turismo, la pareja recibió una sonrisa del destino. Lograron una visa de trabajo en Dinamarca por 9 meses y trabajaron en una granja primero, y luego en Copenhague (la capital) consiguieron hicieron de lavaplatos y de personal de limpieza.

"En bici por la diabetes"

A los 15 meses de trabajar y con unos ahorros, la pareja se animó a cumplir de lleno su sueño, conocer nuevos países y culturas. Compraron dos bicicletas, una carpa y emprendieron una cruzada que llamaron "En bici por la diabetes".

Fueron 7 meses en los que recorrieron más de 4 mil kilómetros que pedaleamos por distintos países de Europa y Asia, con la intención de superar las barreras de la enfermedad y difundir el mensaje de que es posible llevar una mejor vida siendo diabético.

Viajaron por Alemania, Serbia, República Checa, Austria, Hungría, Bosnia, Croacia, Italia, Francia y finalizaron por España. “Nos encontramos con que los argentinos somos bien recibidos en distintos lugares del mundo. ‘Chau Messi, chau Maradona, chau Violeta”, comentó Alina que los saludaban cuando veían la bandera argentina que llevaban.

Luego de más de un año en tierras lejanas, regresaron a nuestra ciudad el pasado 23 de diciembre de 2015, para darles una sorpresa de Navidad a sus familias.