Algunas recomendaciones

* La cocina: según las estadísticas, es el espacio más riesgoso. Es común que las alacenas o armarios tengan productos tóxicos, que la llave de paso del gas permanezca abierta, que los enchufes de los electrodomésticos estén al alcance de los chicos o que se utilicen las hornallas con el asa de los recipientes hacia adelante, con el riesgo de que produzcan quemaduras.

* El baño: evitar los mecanismos de cierre desde adentro -llaves o pestillos- porque propician que los chicos queden encerrados. No instalar allí el calefón, que posiblemente tenga mala combustión. No dejar que los chicos se bañen sin la supervisión de los mayores.

* El dormitorio: es importante que los placares no tengan llave para que los chicos no se queden encerrados. La cuna del bebé debe estar montada sobre patas firmes, sin ruedas, y disponer de una baranda de 60 centímetros como mínimo y un colchón no muy blando que ocupe todo el rectángulo de madera.

* Pisos: hay contratiempos generados por pisos encerados, plastificados o con desniveles que no están claramente marcados en los livings y comedores, y que generalmente derivan en caídas.

* Enchufes: las lámparas con cables largos, los prolongadores, los enchufes de pared sin tapas o las “zapatillas” pueden generar sustos que podrían ahorrarse. Hay que instalar disyuntores para que se corte automáticamente la corriente eléctrica ante cualquier problema.

* Televisores: controlar que los chicos no manejen televisores pesados que se les pueden caer encima y producir lesiones. Los aparatos de control remoto que tienen diminutas pilas son amenazantes, porque se las pueden poner en la boca e ingerir sus elementos tóxicos o ahogarse al tragarlas.

* Escaleras y ascensores: deben extremarse los cuidados cuando hay escaleras con curvas pronunciadas o con escalones en abanico. En los ascensores, los chicos deben viajar siempre con un adulto, nunca apoyarse en las puertas y, en caso de que tengan puertas-tijera, aumentar las precauciones para evitar lesiones.

* Balcones y terrazas: siempre deben tener rejas protectoras.

* Patios y jardines: la irregularidad del piso, las baldosas rotas y el césped crecido originan caídas que por lo general producen contusiones o fracturas. Además, los baldes, palanganas y piletas inflables generan el riesgo de inmersiones prolongadas que pueden ser peligrosas.

* Los garajes: deben ser estrictamente controlados por los adultos, haya o no vehículos en su interior. Hay que observar la entrada y salida de autos y verificar que ninguno tenga la llave de arranque colocada. Si en la casa viven chicos, el automóvil debe permanecer cerrado.

* Otros objetos: los manteles o cubremesas, traccionados involuntariamente, se pueden convertir en elementos peligrosos. Los insecticidas o plaguicidas tienen que estar fuera del alcance de los más pequeños y las herramientas, guardadas bajo llave. Vale señalar el riesgo que supone la presencia de armas de fuego o armas blancas en los hogares.