Este miércoles, y luego de pasar 48 horas trabajando para ayudar a combatir los incendios forestales que azotaban las Sierras de Córdoba, los bomberos voluntarios de nuestra ciudad que fueron a prestar colaboración pudieron regresar.

Tras su arribo, se cumplimentaron los protocolos vigentes de Covid-19 y se realizaron los correspondientes testeos rápidos. En su totalidad, los resultados fueron negativos, pero aun así permanecerán aislados de manera preventiva. Una vez pasadas las 48 horas obligatorias, volverán a realizarse las pruebas y, si dan iguales resultados, volverán a sus hogares a estar en familia.

Cabe recordar que los voluntarios viajaron el pasado domingo para combatir los incendios forestales de las sierras cordobesas. Desde San Francisco partió una dotación de seis brigadistas que trabajaron en conjunto con cuarteles de la Regional Nº 1. Los bomberos que estuvieron al mando del Oficial Sub Inspector y Subcoordinador de incendios forestales de la provincia de Córdoba, Cristian Carle, fueron Nahuel Nicolás Ludueña, Santiago Muratore, Pamela Robledo, Julieta Brarda y Matías Cravero.

Sólo de valientes: cronología de nuestros bomberos en los incendios en las Sierras

Cronología de un incendio forestal

 En cuanto al trabajo realizado, la voluntaria Pamela Robledo, relató: “Como primera instancia estuvimos en Copacabana y después en ese mismo día nos movimos hacia Los Terrones en la misma zona”.

Por otro lado, agregó: “Al otro día nos fuimos a un complejo que se llama Tramontana y en ese lugar puntual estuvimos dispersándonos para cubrir el perímetro y poder controlar las llamas”.

Los factores climáticos, tales como el viento, la humedad, el clima y la temperatura, demandaban la atención absoluta de la brigada hacia las instrucciones que les daban los dirigentes.

El bombero Santiago Muratore expresó el reto que presentó trabajar en este tipo de topografía. En consecuencia, dijo: “A nivel personal, el desafío es el de enfrentarse a condiciones difíciles, complicadas de trabajo. Los conocimientos teóricos los tenemos, pero no hay mucha preparación en cuanto a experiencia práctica porque acostumbramos combatir el fuego desde lo llano”.

Los incendios se iniciaron en la zona de Villa Albertina y se expandieron hasta llegar a Copacabana. Consecuentemente, Muratore agregó: “Trabajamos desde que llegamos el domingo hasta el martes a la noche a última hora. Tuvimos momentos de descanso, pero sabíamos que no íbamos a dormir y que, si en cinco minutos nos llamaban, teníamos que estar ahí a disposición”.

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Un enemigo mortal

Sobre los efectos que las combustiones ocasionaron en la naturaleza, el brigadista internacional certificado bajo la fundación Pau Costa, Cristian Carle, aclaró que por la quema, los bosques nativos serán difíciles de recuperar y, asimismo, algunos quizás “se pierdan para siempre”. Además hubo animales afectados y remarcó que eso “repercutirá mucho en el medio ambiente”.

Según Carle, la fuerza del fuego arrasó con todo lo que venía a su paso. En el lenguaje bomberil, “incendio de interfaces” se refiere a cuando un incendio forestal alcanza estructuras edilicias. En las alturas, hubo alrededor de 200 evacuados, aproximadamente 40 mil hectáreas devastadas y 14 viviendas, entras las cuales, había alojamientos turísticos, que fueron destruidos por las llamas. En este marco, Carle agregó que el fuego cruzó las sierras y bajó por las montañas con muchísima agresividad en horas nocturnas.

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El lado bueno dentro de la tragedia

Por último Robledo, siendo su primera experiencia en participar de un incendio forestal de esta magnitud, afirmó: “Estoy feliz, estoy llena. Me hubiese encantado dar el 100 por ciento de mí pero sinceramente, al no conocer y al no ser mi terreno, fue una locura el cansancio”.

Por su parte, Muratore valorizó: “Córdoba tiene un sistema del que se debería estar orgulloso, un procedimiento fuerte y solidario de trabajo en conjunto”.

 Además agregó en cuanto a su experiencia personal: “Es muy triste ver desde 25 o 30 kilómetros, antes de llegar a las sierras, las montañas completas prendidas fuego, imágenes imborrables”.