Mucha demanda y escasa oferta. Este es el resumen claro cuando se habla de alquiler de viviendas en San Francisco. Desde hace unos años a esta parte, propietarios de inmuebles prefieren colocar más el cartel de venta que de alquiler. La explicación –sostienen en el rubro- hay que buscarla en la nueva ley de alquileres.

La ley 27.551 entró en vigencia en julio del 2020 y estableció, entre otras cosas, que el plazo mínimo de una locación sea de 3 años y que, en el caso de inmuebles con destino habitacional, solo se puedan realizar actualizaciones una vez al año.

“Esta situación combinada con una inflación superior al cien por ciento anual hicieron que muchos propietarios ya no vean atractivo ofrecer su inmueble en alquiler bajo estas condiciones. La rentabilidad se va diluyendo conforme pasan los meses y el canon locativo se mantiene fijo”, expresaron a El Periódico desde el Colegio Profesional de Inmobiliarios delegación San Francisco.

Claro que ante este panorama no solo los propietarios son los únicos que sufren. Los inquilinos también. Así lo reconoce Franco Macagno, corredor inmobiliario de San Francisco: “Hay propietarios que hablan de pérdida de rentabilidad de las propiedades con las devaluaciones, la alta inflación y los plazos de actualización de contratos. Del otro lado está el inquilino al que también se le hace muy difícil pagar un alquiler hoy”, destacó ante la consulta de este medio.

Datos del Colegio Profesional de Inmobiliarios de Córdoba indican que se retiró en esta provincia un 32% de las propiedades que estaban en alquiler para ponerlas a la venta desde mayo de 2021 a la fecha. Todo un indicador del escenario actual.

“Ponés un cartel de alquiler en una casa y te pueden llamar cien personas en una tarde. Es una locura, puede venir gente sin verla a querer señarla. Esto pasa porque hay mucha demanda pero poca oferta”, agregó Macagno sobre lo que ocurre en San Francisco, reforzando el dato.

En San Francisco, el alquiler de una casa de dos habitaciones y garaje en zona céntrica cuesta desde los 80 mil pesos para arriba; en la zona periférica oscila entre los 50 mil y 60 mil pesos mensuales.

Respecto a las condiciones para firmar un contrato se exigen tres recibos de sueldo y una propiedad de garantía. Es quizás esto último lo más difícil de conseguir para los inquilinos, por lo que muchas veces se negocia y se suele sustituir este requisito por otro recibo.

Soluciones

¿Cómo se soluciona esta situación? La comisión directiva del Colegio Profesional de Inmobiliarios delegación San Francisco, propone volver a los 24 meses de contrato, en vez de los actuales 36, y dejar un libre acuerdo entre las partes a la hora de las actualizaciones. Suponen que mejorará al menos la cantidad de viviendas en oferta.

“Consideramos que serían medidas apropiadas para el actual contexto del país. Un plazo mínimo de dos años es razonable. Con respecto a las actualizaciones, la experiencia nos muestra que siempre que se ha querido intervenir un mercado que funciona bien sin intervenciones, se ha obtenido como resultado el efecto contrario al que se pretendía con la medida. Creemos que dejar que la oferta y la demanda fluctúen libremente y encuentren su equilibrio es el mejor camino y el más transparente para ordenar el mercado inmobiliario en materia de alquileres”, indicaron.

¿Hay inversiones?

La falta de inmuebles en alquiler para vivienda se explica en parte ante la demanda excesiva de quienes necesitan encontrar un lugar para vivir y no pueden acceder al mercado financiero para obtener un crédito hipotecario.

Reactivar este mercado implica que crezca el rubro de la construcción en San Francisco, actualmente sin planes de viviendas estatales -solo hay anuncios de campaña de candidatos a intendentes-.

¿Cómo responde el sector privado en este momento?, consultó El Periódico a las autoridades de la entidad local, que respondieron: “Es cierto que la inversión privada sigue siendo importante y la única que se ve en materia de construcción, aunque no en los niveles que necesitaría una ciudad como San Francisco. Creemos que la reactivación podría darse si existieran líneas de créditos accesibles para la clase media. Otra medida que incentivaría al sector serían desgravaciones impositivas a desarrollistas e inversores”.

Luego, aseguraron: “Los ladrillos siempre fueron un respaldo al ahorro y lo seguirán siendo más allá de los altibajos propios de los ciclos económicos”.