Un insólito episodio ocurrió en la ciudad salteña de Rosario de la Frontera, a 180 kilómetros al sudeste de la capital provincial. Fue este lunes cuando un hombre transitaba en su moto llevando a su hijo de tres años y un inspector municipal de Tránsito le pidió frenar su marcha para advertirle que controlara las luces de la motocicleta.

Segundos después, el conductor salió huyendo despavorido, lo que desembocó en que perdiera el control de la moto, y cayera junto al pequeño.

El hombre se levantó casi de inmediato, se sacudió sus ropas y le pidió a unos vecinos del lugar que cuidaran a sus hijos. Ante la mirada atónita de los transeúntes, el padre huyó del lugar.

El director de Tránsito de Rosario de la Frontera, Miguel Marti , dio su versión de los hechos: "Venía una moto nuestra, y el agente le dijo; tratá de colocar la luz, estás sin luz. Entonces, el chico, luego de ser advertido, pasó la calle 25 de Mayo con el semáforo en rojo, el piso estaba mojado porque llovía y se terminó cayendo de la moto", relató al diario El Tribuno.

"Justo, de casualidad, venía también el agente de tránsito, y parece que pensó que lo seguía a él, o que le iban a quitar la moto, no sé, pero nada que ver, lo que me preocupa, y no logramos entender, es que dejó al chiquito tirado, se fue a esconder la moto, no le importó el hijo pero sí la moto", amplió.

El niño, que lloraba desconsolado, mientras llegaba la ambulancia, solo sufrió algunos magullones y raspones y fue trasladado al hospital.

Después del escandaloso e insólito hecho, el infractor fue al hospital para ver al hijo “y, encima, a hacer escándalo, amenazando, pero obviamente todo quedó en nada”, dijo Martí.

“Lo grave, es que estas actitudes demuestran que hay gente a la que no le importa nada, ni siquiera sus propios hijos. Hay muchas personas que andan en las motos hasta con dos, tres y cuatro hijos, y en este caso, el joven se cayó de la moto, se levantó, y al hijo, lo dejó tirado", dijo.