Sebastián Wagner fue condenado a prisión perpetua por secuestrar, abusar y matar a Micaela García, la joven de 21 años que fue asesinada el 1 de abril en Entre Ríos.

"A este tribunal no le quedan dudas de que Wagner fue quien secuestró, violó y mató de propia mano a la estudiante", se leyó en la sentencia.

Además, Néstor Pavón, quien era jefe de Wagner, fue condenado a cinco años de prisión por encubrimiento agravado. El hijastro de Wagner, Gabriel Otero, fue absuelto.

Los dos condenados cumplirán prisión efectiva en los penales donde están detenidos, según difundió Clarín.

El pedido de la familia

Más temprano, la madre de Micaela, Andrea Lescano, había dicho que esperaba que la Justicia aplicara "la pena más dura" a los acusados del femicidio.

"Lo que nosotros esperamos para hoy es que se dé la pena más dura", enfatizó Lescano en diálogo con radio Continental. Y agregó: "Esto es una primera instancia. Si no dan lo que nosotros queremos, vamos a apelar".

Micaela García fue vista con vida por última vez cuando salía de un boliche de Gualeguay el 1 de abril y fue hallada asesinada en un descampado a las afueras de esa ciudad el 8 de abril.

Las pericias determinaron que había sido víctima de violación y estrangulada. Al momento del crimen, Wagner estaba en libertad, a pesar de sus antecedentes por delitos sexual y de un informe penitenciario que lo desaconsejaba, tras un fallo del juez Carlos Rossi.

Micaela era oriunda de Concepción del Uruguay, pero vivía en Gualeguay, donde cursaba el profesorado universitario de Educación Física. Participaba activamente en el movimiento #NiUnaMenos y era militante del PJ, además de realizar tareas sociales en barrios pobres.

Los antecedentes de Wagner

Wagner, quien no presenció el veredicto, había sido condenado a 9 años de prisión por abuso sexual en 2012. Estuvo en la cárcel hasta que el juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú Carlos Rossi lo liberó en 2016, a pesar de un informe del Servicio Penitenciario que desaconsejó esa decisión.

Un caso que movilizó al país

El caso de Micaela conmovió al país y empujó a miles de personas a salir a las calles para exigir justicia.

Micaela estuvo una semana desaparecida. En ese momento, empezaron a crecer las dudas sobre Wagner, quien pese a la condena por abuso sexual estaba en libertad.

Al confirmarse el femicidio de la joven, la indignación se multiplicó. Hubo un fuerte repudio a la decisión del juez Rossi pero también a la falta de políticas para el tratamiento y abordaje de los condenados por abusos sexuales.

Organizaciones de mujeres volvieron a recordar la importancia de prevenir la violencia sexual y todos los tipos de violencia desde temprana edad, con la aplicación efectiva de la ley de educación sexual integral.

Fuente: La Voz del Interior