Un total de 749 personas murieron en las últimas 24 horas en Brasil por COVID-19, con lo que el número de fallecidos en ese país ya sobrepasa los 13.000, según informó este miércoles el Ministerio de Salud.

De acuerdo con el último balance oficial divulgado, los contagios también continúan avanzando y durante la última jornada fueron registrados 11.385 nuevos casos, lo que supone que al menos 188.974 personas se han infectado en el país vecino.

Con los resultados informados hoy, Brasil sobrepasó a Francia (178.060) en el ránking mundial y se convirtió en el sexto país del mundo con el mayor número de casos confirmados de COVID-19.

Según el balance, el 41,5 % del total de infectados hasta el momento, que corresponde a 78.424 personas, se recuperaron de la enfermedad, mientras que 97.402 personas (51,4 %) continúan en observación.

Asimismo, el Ministerio informó que hay 2.050 muertes en investigación.

Sao Paulo, el estado más industrializado y poblado de Brasil, con unos 46 millones de habitantes, continúa concentrando el mayor número de casos, con 4.118 muertes, y en las últimas 24 horas superó los 50.000 infectados a pesar de que las autoridades regionales han fortalecido las medidas para evitar la propagación del virus.

Le sigue el estado de Río de Janeiro, donde ya se registran más de 2.000 víctimas mortales y el número de contagios llega a los 18.728.

No obstante, por número de casos confirmados, el nordestino estado de Ceará, con 19.156 personas infectadas, sobrepasó a Río y ahora ocupa el segundo lugar.

Bolsonaro redobla la apuesta

Pese a la dramática cifra de muertes, el presidente brasieño Jair Bolsonaro presentó este miércoles como propios tres análisis con resultado negativo de coronavirus ante la máxima corte del país y pidió a la población que deje de "hibernar" y salga de las cuarentenas que impusieron los gobernadores para evitar "morir de hambre dentro de las casas".

Mientras tanto, el gobierno revisó sus proyecciones económicas y estimó que 2020 cerrará con una caída de 4,7% del producto bruto interno (PBI) y el dólar a 5,90 reales, un récord histórico que refleja una devaluación que en lo que va del año alcanza a 47,6%.

El mandatario volvió a dominar la escena política y la discusión judicial en el país mientras gobernadores e intendentes debaten medidas a la espera del pico de la pandemia de coronavirus.

"El que no quiera trabajar que se quede en casa, mierda; que se quede en casa y punto final", dijo Bolsonaro al hablar en la puerta del Palacio de la Alvorada ante militantes de un movimiento llamado Brasil 300 que acampa en Brasilia y fue definido como una milicia civil para defender al gobierno.

En el marco de un torbellino judicial a raíz de la investigación del STF sobre Bolsonaro por obstrucción de la justicia e intento de manipulación de las investigaciones de la Policía Federal, el jefe del Estado volvió a defender el fin de la cuarentena y a chocar con gobernadores e intendentes que defienden el distanciamiento social.

"Hay millones de personas que no pueden trabajar en Brasil, el que puede que se quede, pero hay gente con cuatro hijos muertos de hambre, con la heladera vacía, es inhumano, hay que trabajar, no podemos quedarnos hibernando en casa", afirmó Bolsonaro.

Con información de Télam / EFE.