Ocho de cada diez conductores jóvenes admiten que se distraen mientras conducen un vehículo, el 67% de ellos mirando el celular.

Otros elementos que llevan a peligrosas situaciones son el GPS o sacar fotos, según relevó un informe llevado adelante por Movistar y Gonvarri.

Desde la Asociación Civil Luchemos por la Vida alertaron que en la ciudad de Buenos Aires hay unas 186 mil personas cada día usando un celular mientras circulan por la calle.

"Se trata de conductores y peatones que cruzan las calles. La distracción, al volante o a pie, agrega más peligro al tránsito cotidiano", expresaron desde la entidad que conduce Alberto Silveira.

De hecho, el 13,3 por ciento del total de conductores utiliza el celular a bordo del auto, más del triple que el 4,1 por ciento que lo hacía hace 10 años.

En cuanto a los peatones que cruzan la calle, el número asciende al 15,1 por ciento, muy superior al 4,3 por ciento registrado en 2007.

Estudios

"Hace años que la ciencia estudia las importantes limitaciones que nuestro cerebro tiene para realizar dos tareas que demanden atención al mismo tiempo y los investigadores han probado hasta qué punto es peligroso conducir mientras se habla o mensajea por celular, aun con el sistema de manos libres", explicaron desde la asociación civil dedicada al tema la prevención de los accidentes de tránsito.

Sobre los peligros entre los choferes, resaltaron que: "Recientes investigaciones internacionales han concluido que caminar hablando por teléfono celular es muy riesgoso ya que las personas observadas despliegan comportamientos tales como cruzar más despacio, sin mirar al tránsito circundante y no esperar a que los vehículos se detengan para comenzar a cruzar, en una proporción muchísimo mayor que los no usuarios de celular".

Entre los efectos que puede causar usar el teléfono mientras se maneja, precisaron: "Mayor tiempo de reacción para detectar y responder inesperadas maniobras de otros conductores; dificultad para mantener derecha la dirección; más lentitud para frenar y por ende menor distancia; dificultad para mantener una velocidad apropiada (en general, más lenta); no acatamiento de señales de tránsito (como pasar en rojo); reducción del campo de visión; y menor distancia con otros vehículos".

“Para los peatones, el problema real principal parece ser la distracción, así como les sucede a los conductores. Y en el tránsito caótico de nuestro país, este nuevo hábito compartido por peatones y conductores no hace más que empeorar la seguridad de todos en la vía pública", apuntaron desde Luchemos por la Vida.