El 6 de septiembre de 1906 nació el investigador y científico Luis Federico Leloir, ganador del Premio Nobel de Química en 1970 por sus descubrimientos sobre la galactosemia, una enfermedad hereditaria que se asemeja a la intolerancia a la lactosa.

Este trastorno produce que el cuerpo no digiera correctamente la leche animal ni materna. Si quien la padece lo hace los derivados de la galactosa se acumulan en el organismo dañando el hígado, el cerebro, los riñones y la vista.

Luis Leloir nació en Paris hace 111 años y su familia regresó a Argentina cuando él tenía 2. Se formó como médico en la Universidad de Buenos Aires, donde se egresó en 1932 y no ejerció con pacientes porque no estaba satisfecho con la atención que se les brindaba.

En su autobiografía, disponible en la web de la fundación que lleva su nombre, aclara que se dedicó a la ciencia porque su oído musical era muy pobre, en la mayoría de los deportes era mediocre y la falta de habilidad para la oratoria le impidió incursionar en política y derecho.  Lo más llamativo es que no se creyó capaz de ser buen médico porque nunca estaba seguro del diagnóstico o del tratamiento.

¿Qué es la galactosemia?

Según el Ministerio de Salud de la Nación es una enfermedad congénita y hereditaria que se caracteriza por la imposibilidad de degradar completamente la galactosa, que compone la mitad de la lactosa, que es el azúcar presente principalmente en la leche junto a la glucosa.
Es una enfermedad que no tiene cura y afecta a 1 de cada 60.000 bebes en Argentina.

¿Cómo se detecta?

Esta es una de las enfermedades que pueden ser diagnosticadas con la llamada "prueba del talón" o pesquisa neonatal, obligatoria en todo el país. Es un análisis de sangre rutinario se realiza en los recién nacidos de entre 48 y 72 horas. El descubrimiento rápido permite iniciar un tratamiento con una dieta libre de lactosa.