El asesinato de Mariano Baigorria caló hondo en ambas márgenes de Yofre y también en el Mercado de Abasto de la ciudad de Córdoba. Allí, en la zona este de la capital cordobesa, este hombre de 63 años era toda una referencia comercial: junto con su esposa Mary explotaban desde hacía 22 años la verdulería ubicada en la esquina de Alsina e Isasmendi, frente a la plaza principal de Yofre Norte, uno de los paseos urbanos más activos de ese sector.

El viernes de la semana pasada, Mariano ya no fue a abrir su tradicional negocio. Y nunca más lo volverá a hacer. Aquella madrugada recibió una herida letal en la pierna en medio de un asalto.

Todo sucedió alrededor de las 3 de la madrugada en el domicilio familiar de Altolaguirre al 1550, en Yofre Sur, al otro lado de la avenida Bulnes. Al menos dos delincuentes forzaron el portón automático del garaje, al parecer, con un gancho y con un fierro.

A esa hora, Mariano y Mary dormían en una de las habitaciones, mientras que el padre de ella lo hacía en otra pieza. En el departamento ubicado al fondo, pernoctaba uno de los tres hijos de la pareja junto a su esposa y sus pequeños niños.

Fue Mary la que primero se despertó por los ruidos que provocaron los ladrones. La mujer caminó en medio de la oscuridad y, apenas puso un pie en el garaje, un joven bajito, según lo describe ahora, la apuntó con algo en el estómago y la obligó a callarse y a tirarse al suelo. Cree que se trataba de una pistola o de un revólver, pero reitera que no llegó a ver nada claro.

Eran al menos dos los intrusos que en ese momento tenían una idea fija: llevarse la camioneta Peugeot Partner negra que estaba estacionada allí. Mary les explicó, todo en contados segundos, que el rodado era propiedad de su hijo y que la llave estaba en el departamento del fondo, cruzando el patio. “Jamás pidieron plata; sólo la camioneta”, subraya ella.

El relato parece extenso, pero la secuencia en realidad sólo duró escasos minutos, según apunta la mujer. Uno de los delincuentes salió al patio, y cuando intentó abrir la puerta que conecta con el departamento, se topó con un rottweiler que lo hizo cambiar de idea. Dejó todo como estaba y regresó al garaje, donde Mary era vigilada por el otro ladrón. El resto aún dormía.

Fue entonces cuando el primero de los ladrones decidió ingresar en la casa y fue directo a la habitación matrimonial.

“No sé que pasó”, dice Mary. Se sospecha que Mariano se despertó sobresaltado, que intentó forcejear con el delincuente y que este lo atacó con un objeto filoso, un cuchillo o una navaja.

Lo concreto es que el verdulero sufrió un profundo corte en la pantorrilla izquierda y rápido los asaltantes salieron corriendo de la vivienda. Sólo alcanzaron a manotear dos teléfonos celulares.

Mary no había terminado de levantarse del suelo, en el garaje, cuando apareció su marido, que se desvaneció allí mismo. Recién entonces la mujer se dio cuenta de que el hombre estaba malherido y de que perdía abundante sangre.

A puro instinto, ella tomó una remera y le practicó un torniquete, mientras gritaba por ayuda. Apareció su hijo y llamaron al 101 de la Policía.

Sin embargo, cuenta la mujer, cuando el primer móvil llegó, los uniformados no tenían fuerzas para ayudar al hijo a levantar al hombre y ponerlo en la camioneta con la idea de trasladarlo pronto a un centro asistencial.

Al final, fue el joven el que logró levantar a su padre y ubicarlo en la Partner, para salir a toda velocidad rumbo al hospital Córdoba. Mary se puso al lado de Mariano y comenzó a darle cachetadas y a hablarle en busca de alguna reacción que ya no llegaría.

En el hospital, los médicos lo entubaron y ordenaron una transfusión urgente: el corte había perforado la aorta. Mariano fue intervenido durante horas. A las 11.30, salió el médico encargado de la cirugía y fue sincero frente a la familia: “De mil casos como este, se salva uno”. El hombre se había desangrado.

A las 18.10 de ese mismo viernes, Mariano murió.

Reclamo vecinal

De esta manera, la inseguridad en la ciudad de Córdoba se cobró una nueva vida. Hasta hoy, poco y nada se sabía de este caso, ya que lo ocurrido jamás fue informado por la Policía ni por la Justicia.

En lo que va del año, la Capital provincial ha sido escenario de 17 episodios fatales de asaltos.

Según un registro propio de La Voz, en 10 de estos casos murió alguna víctima del robo, mientras que en los siete sucesos restantes cayó abatido un presunto delincuente, de acuerdo con lo que surge en cada una de estas investigaciones judiciales.

En términos comparativos, la inseguridad representa la causa de casi el 30 por ciento del total de homicidios registrados en toda la ciudad en lo que va del año. La violencia urbana, sobre todo, y la violencia doméstica (incluye los femicidios) son las otras dos grandes categorías que explican la agresividad más extrema en la capital cordobesa.

Para hoy a las 19.30, vecinos han convocado a una manifestación en Bulnes y Altolaguirre para exigir medidas concretas contra la inseguridad en el sector. Mary, que esta semana volvió a abrir la santería ubicada junto a la verdulería, apunta que uno de sus hijos pidió a los organizadores que no llevaran el reclamo en nombre de Mariano.

Los detectives de Robos y Hurtos que trabajan bajo directivas del fiscal Fernando López Villagra aún no han logrado identificar a los delincuentes. Pero la familia, por ahora, no abriga mayores esperanzas. “¿Para qué?”, se pregunta Mary, y ella misma se responde: “Nada me lo va a devolver”.

Fuente: La Voz del Interior