Un conocido empresario de Rosario dejó a sus hijos, de 7 y 3 años, encerrados en su camioneta y se fue a un boliche.

El vehículo quedó estacionado el viernes por la noche en la playa de un local bailable de la localidad de Capitán Bermúdez, a 10 kilómetros de Rosario.

Los policías que patrullaban la zona notaron que sonaba la alarma y que los niños estaban llorando en el interior.

Los uniformados llamaron al padre por el altoparlante del boliche, y como no aparecía, forzaron la cerradura de la camioneta y llevaron a los pequeños a la comisaría .

Un rato más tarde, el hombre, de 36 años, llegó para retirar a sus hijos. Antes, los nenes pasaron por el hospital, donde constataron que estaban en buen estado de salud.