La muerte de la estudiante salteña Nadia López Nievas (26) a mediados de agosto pasado en Córdoba capital, a causa de una intoxicación con monóxido de carbono, tiene una derivación impensada: los dueños del departamento deben responder por homicidio culposo por ser los responsables del mantenimiento de la unidad edilicia alquilada.

La novedad se conoce ahora, una vez que el fiscal de Distrito 1, Turno 5, Gustavo Dalma, avanzó con los peritajes técnicos que determinaron que el envenenamiento que sufrió la joven estudiante de Ingeniería Mecánica en el departamento de Illia 684 se produjo por los gases del calefón que, en lugar de evacuar hacia el exterior, ingresaron al departamento.

El lamentable diagnóstico de la situación fatal es que el caño del tiraje del calefón, por donde deben evacuarse los gases hacia el exterior, estaba completamente tapado. Lo insólito es que esa obstrucción se había producido con materia fecal de palomas.

La joven fue hallada desnuda, con una toalla cubriéndole el cuerpo, como recién salida del baño. A pesar de que trató de abrir las ventanas (lo habría logrado), no consiguió revertir la intoxicación y terminó muriendo. 

Esta forma de morir también es llamada “muerte dulce”, porque las víctimas muchas veces no advierten nada raro: el gas es inodoro, insípido e incoloro.

En el organismo, el monóxido de carbono se asimila mucho más fácil que el oxígeno, lo que produce una intoxicación severa.

Tras comprobarse con la autopsia que la causa eficiente de la muerte fue la intoxicación por el “enemigo silencioso”, sólo quedaba determinar el origen de ese ingreso de gases al interior del departamento.

Fuentes judiciales indican que, cuando se realizó el peritaje, los expertos cerraron las aberturas del departamento y comenzaron a probar los artefactos. Cuando encendieron el calefón, debieron apresurarse a “abrir todo” porque casi se intoxican.

Luego, les quedó comprobar qué sucedía con las vías de evacuación, que no funcionaban. Cuando abrieron el caño, encontraron en un codo una obstrucción total por las heces de los pájaros.

Dos responsables

Esta lamentable conclusión desvió las miradas a las responsabilidades por esta obstrucción. Desde la Fiscalía de Dalma explicaron que el departamento es administrado por una sociedad familiar y que la imputación fue hacia el dueño y hacia uno de sus hijos.

Ambos deben responder por homicidio culposo.

Las fuentes judiciales explican que “el locador de una vivienda tiene la obligación de dar en locación el inmueble en perfectas condiciones de uso, tanto por lo edilicio como por los artefactos”.

Desde la Justicia ven la situación como “un riesgo no permitido que habría determinado el nexo causal de la muerte”.

Los dos imputados aún no han sido indagados, pero se los inculpa porque deberían haber controlado el buen funcionamiento de los artefactos.

Más allá de que no existe intención en este resultado (dolo), lo curioso del caso es que un agente externo a lo habitual, como lo es la acción de un animal, genere responsabilidades por un homicidio.

También las inmobiliarias

En este caso, la responsabilidad y la imputación recaen solamente en los propietarios que, a través de la sociedad, administraban algunos departamentos para el alquiler, según señalaron las fuentes judiciales.

Pero esos mismos voceros indican que las responsabilidades también se hacen extensivas a las inmobiliarias en el caso de que participen en la operación.

No ha sido este el caso, pero desde la Fiscalía también interpretan que las inmobiliarias “además de unir a las partes son garantes de que lo que se entrega (en alquiler) también esté en condiciones”.

Por eso, debe considerarse que, ante una muerte de este tipo, pueden derivarse responsabilidades solidarias.

En este caso, los dueños del departamento donde murió Nadia no sólo deben afrontar la causa penal, sino también eventuales consecuencias civiles.

Para la óptica de la Justicia, lo mismo sucedería si estuviera involucrada una inmobiliaria.

Fuente: La Voz del Interior