Seis años después de la matanza de entre 500 y 600 perros en Deán Funes, llegó la hora del juicio oral en la Cámara 12° del Crimen de la ciudad de Córdoba. En la causa está imputado como autor intelectual el exintendente interino Germán Facchín, además de seis empleados municipales como presuntos autores materiales. Las audiencias comenzarán hoy y se extenderían hasta el viernes.

Lilian Luna, presidenta de la Sociedad Protectora de Animales de Deán Funes, tendrá parte en el juicio como querellante. Antes de las audiencias, se mostró expectante por el resultado: “Ojalá se llegue a la verdad porque fue una masacre. Es una pena que en su momento el fiscal no haya tenido en cuenta la amenaza a la salud pública que representó esta acción, y que hubiese implicado penas más severas”.

El abogado de la querella es Pedro Despouy Santoro, autor del libro Protección penal a los animales y referente universitario sobre la ley 14.346 (de maltrato y crueldad hacia animales).

En Deán Funes, otras organizaciones que pelean por los derechos de los animales realizarán durante los tres días una vigilia de una hora en coincidencia con el horario de inicio de las audiencias, a las 9.30, como una forma de concientizar a la población.

Además de a Facchín, a los empleados municipales Diego Allendes, Juan Márquez, Darío Palomeque, Francisco Palomeque, Pablo Palomeque y Roque Quinteros Nievas se les imputaron los delitos de daño reiterado, malos tratos y actos de crueldad a animales (por la ley Sarmiento).

Los hechos que se ventilarán en juicio son dos matanzas masivas registradas durante las noches del 11 de febrero y del 28 de abril de 2013. El censo oficial de animales muertos determinó que fueron 220, pero esa estadística solamente incluyó a los domésticos y con dueños.

Evelina Zambrano, del refugio Huellas de Amor, estimó que la cifra real rondó “entre 500 y 600” animales. “La matanza se dio dentro del marco de una sobrepoblación canina en la que el municipio nunca tomó medidas éticas para combatirla”, destacó Zambrano.

La investigación judicial determinó que los perros murieron tras la ingesta de especies de albóndigas de carne envenenadas con el agroquímico Metomil. La sospecha sobre quién dio la orden a los empleados municipales para repartir ese material recayó sobre el entonces intendente interino.

Respecto de si la situación varió desde 2013, Zambrano destacó que ese municipio inició al menos un plan de castraciones en un refugio para canes y que la comunidad asumió una mayor conciencia.

Un hecho que impactó en todo el país 

Hay pocos antecedentes de juicios por estas causas.

A excepción del exintendente Germán Facchín, los otros seis imputados (empleados municipales) pidieron la “probation” (suspensión del juicio a prueba) a cambio de cumplir conductas y tareas por acordar con la Justicia. Facchín, en cambio, insistió en su inocencia y negó haber dado la orden que culminó con la matanza.

La noche del sábado 27 de abril de 2013, los perros sin cucha de la ciudad de Deán Funes comenzaron a caminar de modo extraño. Desorbitados, los registros de las cámaras de seguridad los mostraron zigzagueando antes de caer muertos. Uno tras otro.

Desde un principio se habló de 200 animales asesinados con veneno. La mayoría perros, pero también algunos gatos. Todos entrampados con un cebo de carne infectada con un poderoso insecticida, Metomil, de venta prohibida.

El momento de la matanza no fue casual: a esa hora de aquel sábado, el púgil Sergio “Maravilla” Martínez defendía su título mundial. Y gran parte del país seguía la pelea por televisión.

Por ello, desde un principio el entonces fiscal Eduardo Gómez (hoy jubilado) no dudó en que fue un ataque planificado. Cuando esa misma semana le dejaron de manera anónima una bandeja con esas albóndigas, sus sospechas se confirmaron.

Fuente: La Voz del Interior