Después de cinco meses de lucha contra la COVID-19, finalmente el cordobés Fernando Vivas volvió a su casa  y sus vecinos y familiares del barrio San Lorenzo, en la capital provincial, le dieron una emocionante bienvenida con globos, guirnaldas y mucho cariño.

Fernando pasó 56 días en terapia intensiva conectado a un respirador artificial, sobrevivió, transitó la rehabilitación con mucha voluntad y el pasado viernes volvió a ver a su nieta, hijos y pareja en su hogar. “Volví a nacer”, dijo emocionado en una entrevista con Canal 12.

“Estoy bien, sigo en terapia intensiva domiciliaria. Pero ya estoy con los míos y eso es un alivio para mí”, dijo Fernando en comunicación telefónica con el medio cordobés. Desde ahora tendrá atención personalizada en su hogar por parte de un kinesiólogo neuromotriz, un kinesiólogo respiratorio, un fonoaudiólogo, un terapista ocupacional para la motricidad fina y un psicólogo, ya que la internación por el virus le dejó graves secuelas.

Hasta ahora, Fernando pasó por un lento proceso de recuperación en un centro de rehabilitación de la capital. Salió de la terapia intensiva a fines de mayo luego de atravesar fallas multiorgánicas que presentó durante la internación por coronavirus. Estuvo mucho tiempo sedado, con respirador mecánico, y con severas complicaciones en sus riñones -fue sometido a diálisis-, hígado y corazón. Pero sobrevivió.

Gran recibimiento

Fernando volvió a su casa el pasado viernes por la tarde y en la vereda había unos cuantos vecinos y familiares esperando su llegada. “Mi señora no me quiso contar nada, pero pude intuirlo porque me crié en el barrio y me conocen de chiquito. Pero no pensé que vinieran tantos así, ni esperé recibir tantos mensajes”, confesó el hombre.

"Volví a nacer", dijo cordobés que tuvo coronavirus y volvió a su casa tras cinco meses

Cumpleaños diferente

El pasado domingo 23 de agosto fue la jornada número 166 de la batalla de Fernando contra el virus y sus secuelas. Ese día cumplió 59 años mientras atravesaba los últimos de la  rehabilitación en el centro especializado para tal fin.

“Me autorizaron a que vaya mi hija mayor, mi hijo y mi señora con mis dos hijos más chicos, pero todos en distintos horarios. Pudimos estar afuera, me llevaron una torta y charlamos un rato. Fue muy especial porque ahora no sé si festejar esa fecha, la del día que volví a estar consciente en la UTI o este día que volví a mi casa después de cinco meses”, relató.

“Es un año muy raro porque lo empezamos bien con el nacimiento de mi nieta pero luego pasó todo esto que fue el peor momento de mi vida”, dijo, y agregó entre risas: “Aunque hay un lado positivo y es que bajé 30 kilos y ahora me veo mucho mejor”.