Según un relevamiento que lleva adelante la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) delegación San Francisco, en el 80 por ciento de los asilos para adultos mayores hay personal informal o “en negro”.

Desde el gremio ven con preocupación el tema, teniendo en cuenta que se trata de la población más desprotegida. “Uno va perdiendo potencialidades físicas, empieza  a verse imposibilitado de moverse por sí solo, empieza a necesitar asistencialismo, de la familia al principio, pero se complica cuando esa dependencia es permanente”, explica Gabriela Sidler, al frente de ATSA, quien afirma que es ahí cuando entran en juego las instituciones de larga estadía.

Sidler subrayó que si bien el tema humano es fundamental, al gremio le compete el aspecto laboral, por lo que se vienen realizando relevamientos e inspecciones desde hace un año. Y destacó la importancia de contar con esa información.

“Si nosotros tenemos un residencial para adultos mayores en que el personal trabaja en malas condiciones, la prestación va a ser de la misma manera. Porque nos encontramos con que no podemos controlar si el personal está capacitado para atender a los adultos mayores o si los abuelos tienen el tratamiento adecuado en cuanto a  sus patologías, su medicación, alimentación o su control social”, resumió.

Sin habilitación

La dirigente comentó que hasta el momento han relevado quince asilos pero que no puede conocerse la cifra exacta debido a que muchos lugares funcionan con autorización precaria o en casas particulares sin habilitación.

“Vamos a seguir con las inspecciones junto al Ministerio de Trabajo. Después tenemos la audiencia en donde viene la patronal y hacemos un plan de organización de blanqueo del personal”, explicó Sidler.

A su vez destacó la predisposición para con la regularización: “En general tienen predisposición,  cuando vienen a una audiencia se sientan a hablar y vamos regularizando al personal. Sé que genera un cimbronazo, pero vamos haciendo un plan de regularización porque entendemos que la situación económica está muy compleja y si yo obligo a hacer todo de golpe lo más probable es que la gente se quede sin trabajo y ahí estoy jugando en contra”.