Tras una larga espera de 10 años, finalmente hubo juicio y se dictó sentencia en el caso de una niña de menos de 2 años de edad que había sido abusada sexualmente por su padre, en esta ciudad.

La jueza Silvia Saslavsky de Camandone aplicó una pena de cuatro años y medio de prisión para el hombre que hoy tiene 43, y que seguirá en libertad hasta que el fallo quede firme. La condena siguió el pedido que había realizado el fiscal Horacio Vázquez durante su alegato.

El abogado querellante Antonio Alarcos había pedido seis años de prisión. Si bien no obtuvo la condena que esperaba, consideró que el fallo fue un revés para los testimonios que señalaron sospechas hacia la madre. Opinó que la cámara Gessel practicada con la víctima fue determinante.

El juicio se inició con una doble acusación: abuso sexual agravado continuado, por reiterados “manoseos” del hombre hacia su hija, y abuso sexual con acceso carnal, por haberla obligado supuestamente a practicar sexo oral. Esta última acusación, que implicaba una pena de ocho a 20 años de prisión, no pudo ser probada en el juicio.

El expediente se inició en 2004 y la instrucción llevó más de cuatro años, hasta que fue elevado a juicio en 2008. La primera fecha fijada para iniciar las audiencias fue abril de 2011, pero fue postergada en seis ocasiones por distintos motivos, hasta su efectiva concreción, a partir del día 9 de este mes.

El condenado ya había pasado por un juicio, cuando en 2005 recibió una pena en suspenso de nueve meses de prisión por hechos de violencia familiar contra su exmujer, por lesiones leves agravadas por el vínculo.