Brenda Andrade Salas (28), la testigo más importante del juicio que arranca el viernes por la muerte de Mariana Ellena, no declarará, porque en diciembre pasado tuvo una hija con el adolescente que conducía el Fiat 147 que arrolló a la joven sanfrancisqueña.

Cuando ocurrió el hecho, en septiembre de 2011, Brenda y CB, el chico que conducía el auto (hoy, 17 años), habían comenzado “a salir”. Tras la muerte de Mariana, la relación se formalizó y, si bien el principal imputado de esta causa es mucho más joven, el vínculo se mantuvo con algunos altibajos.

Aunque convive con interrupciones, la pareja tuvo una hija que nació en diciembre último. Cuando se inicie el debate en la Cámara Correccional, la mamá de la bebé de 2 meses seguramente acepte el consejo de su abogado, Tomás Aramayo, y se abstenga de declarar. Obviamente, puede excusarse por el vínculo que la une con el padre de su hija.

 Esto puede modificar sensiblemente el debate, debido a que Brenda es la principal testigo de la causa. Como se sabe, aquella noche ella viajaba en el asiento del acompañante del Fiat 147 que tripulaba CB, que por entonces tenía 16 años.

En el otro vehículo –un 147 azul– iba el otro acusado, el conductor Gastón Luca, quien también se sentará en el banquillo de los acusados. En ese auto también estaba sentado otro joven, cuyo testimonio no ha resultado muy valioso.

En cambio, Brenda es quien mejor que nadie puede responder los tres interrogantes clave del juicio: si iban corriendo picadas, si CB vio o no a Mariana cuando cruzaba por la senda peatonal y si éste pasó con la luz del semáforo en rojo.

Causal de abstención. Todos los testigos de un juicio están obligados a declarar (no así los acusados) y si se niegan a concurrir pueden ser conducidos por la fuerza pública. Que se abstenga Brenda, tiene que ver con el vínculo que mantiene con el padre de su hija.

La Voz del Interior / Francisco Panero