En primera persona, así fue el violento asalto que sufrió un remisero en Frontera
“Estamos desprotegidos”, dijo Víctor Córdoba, el hombre al que le partieron la cabeza con una botella de sidra para robarle.
Víctor Córdoba, un remisero de San Francisco que hace más de 20 años se dedica a la profesión, sufrió su primer y violento asalto el pasado martes a la noche, luego de trasladar a un joven que se hizo pasar por un pasajero a la vecina localidad de Frontera, donde terminó siendo agredido con una botella.
En relación al hecho, la víctima del robo dialogó con La Mañana de El Periódico (FM 97.1), contó los detalles del ataque y se lamentó al decir que "los remiseros estamos muy desprotegidos en la noche ".
Contó que esa noche tomó el pasaje que le ordenaron desde la central en calle Libertador y Paraguay. Se trataba de un joven menor a tener 30 años, delgado, no muy alto, que en ese momento usaba una gorra y llevaba en la mano una bolsa.
“Pensé que iba a comer un asado, porque cuando sube eran alrededor de las 21 y tenía la bolsa que hacía ruido de botellas”, dijo Córdoba.
El presunto pasajero, con el cual la víctima iba charlando sin sospechar lo que acontecería luego, le dijo que lo llevara a la intersección de Calle 17 con la 100 de Frontera. “Paré el auto y me dice ‘cuánto es viejo’, cuando prendo la luz y me doy vuelta para decirle, ahí me dio el botellazo con una sidra, en ningún momento me desmayé, entramos en un forcejeo dentro del auto, me quería pegar más y no podía. Pero de repente no vi más nada porque los ojos se me llenaron de sangre”.
Intentó aprovecharse
En determinado momento, el violento delincuente pudo bajar del auto y se colocó del lado de la ventanilla de Víctor, pero éste pudo ubicarse en el asiento del acompañante y mientras le gritaba 'dame la plata', 'dame la plata' y, la víctima se resistía tirando patadas. En un momento, el ladrón pudo tomar el celular que Córdoba utiliza para trabajar y allí fue cuando el remisero comenzó a tocar bocina para alertar a los vecinos del sector.
“En ese momento la gente empezó a los gritos y el tipo salió corriendo, me bajé del auto pero no veía nada, vino una señora con un bebé en los brazos que me trajo agua y un trapo para limpiarme”, recordó. Y agregó: “Creo que la sorpresa de él es que nunca tuve miedo, siempre traté de defenderme y no se lo esperaba”.
Córdoba reiteró que el ladrón solo alcanzó a llevarse el celular del trabajo y no pudo robarle el dinero de toda la tarde de trabajo. “Estoy bien porque gracias a Dios soy una persona sana, aunque tengo diabetes me cuido”, aseguró.
Con respecto a la inseguridad que sufren remiseros y taxistas de la ciudad manifestó: “Uno está desprotegido porque uno está sentado en el volante y no tenés como defenderte. En ciertos horarios tomamos precauciones de no ingresar a ciertos barrios. No trabajo subiendo gente de la calle, solo lo que piden por la central. A pesar que tengo 20 años de remisero nunca me había pasado una situación así, a compañeros de trabajo les han robado varias veces. Y esta vez me tocó a mí, creo que me confié”.
Córdoba volvió a lamentarse por la inseguridad ya que, según entiende, no solo la sufren los trabajadores, sino también muchos vecinos de San Francisco y Frontera. “Pienso que hay mucha gente buena que nos necesita en la noche porque la ambulancia no entra tampoco a algunos barrios y nosotros somos el medio de transporte de muchos vecinos, para llevarlos al Hospital, a una clínica, o por seguridad también. Por unos pocos, a veces lo termina sufriendo la gente buena”, concluyó.