A través de una huella digital en un vidrio roto, la policía pudo dar semanas atrás con el autor de un hecho contra la propiedad. A través del cotejo con otras incluidas en una base de datos policial, se pudo comprobar la identidad del autor de un robo cometido, en este caso, en la rotisería Filippi.

Aunque parezca simple, el acto requirió de muestras y sus correspondientes análisis, “rastro papilar” le llaman, lo que tuvo éxito. Inmediatamente se realizó la detención.

La rapidez con la que se destrabó este caso, uno más en este comercio en particular, se debió a la participación de la Policía Científica, que, si bien actúa desde inicios de este año en la ciudad, se presentó formalmente en el mes de junio.

A su cargo se encuentra Diego Robledo, de 46 años, con 27 en la fuerza. Es oriundo de la ciudad de Río Primero pero con la mayoría de sus años trabajados en la capital provincial en el área de Homicidios y en la Dirección de Policía Judicial.

Aunque lleva pocos meses, Robledo asegura que San Francisco “tiene de todo” en materia policial y que se parece a la ciudad de Córdoba, aunque en “menor escala”.

Policía Científica funciona hoy en el segundo piso del edificio de tribunales, aunque no se descarta que tenga su sede propia en el mediano plazo.

Robledo habló de la importancia de la llegada de esta fuerza: “Es grande porque no solamente se actúa, que es lo que la gente palpa más rápido, en los accidentes de tránsito, donde hay que resguardar la escena rápidamente, más si existe una muerte. Antes había que esperar que se llegue desde la ciudad de Córdoba para hacer los trabajos de criminalística que hoy hacemos nosotros, para levantar un cuerpo, llevarlo a la morgue, trabajos que la fiscalía demanda”, comentó.

Pero además, el titular de la oficina local enumeró otros beneficios, entre ellos el abordaje de la “escena del crimen” en cualquier hecho: “Tuvimos participación en robos consumados, en domicilios o negocios, donde no hubo detenciones, para hacer nuestro trabajo”.

El aporte de la Policía Científica ya se nota en la ciudad
Parte del equipo de Policía Científica 

Al ser consultado puntualmente por el caso Filippi, Robledo explicó el procedimiento: “Cooperamos en el lugar, estaba la ventana rota y nos pusimos a buscar. El que quiere entrar saca vidrios para no lastimarse, aunque había sangre en el lugar. Hicimos levantamiento de rastros y análisis y dio que era una persona sospechada. Había otras pruebas pero, por ejemplo, la prueba del rastro fue contundente y no se la puede voltear porque no hay dudas”.

Actualmente, Policía Científica en la ciudad cuenta con seis efectivos y un equipo de fotografía legal. Dependen del Ministerio Público Fiscal (MPF) y pueden colaborar con la Justicia Federal ante un pedido. Además poseen dos móviles recientemente entregados por la Provincia. 

El delito perfecto, difícil

Robledo indicó que hoy en día es muy difícil que exista un delito o un crimen perfecto, ante tanta tecnología a disposición de los investigadores: “Es difícil que ocurra, hoy las cámaras de seguridad están cada vez más presentes, si no está en el lugar donde cometés el hecho, está en el lugar donde te vieron pasar o te ibas, en algún soporte queda registrado algo. Hoy es tan amplio el espectro para tener información en hechos, es grande el abanico de herramientas”.

Por último, indicó que la prueba pericial es de gran importancia: “El fiscal de instrucción debe demostrar que una persona cometió un delito y el imputado no está obligado a declarar en su contra. Más de una vez se abstiene de declarar o se niega, y la instrucción debe probar que fue o no autor del hecho y este tipo de prueba es fundamental”, concluyó.