Angustia y desconcierto en aumento. En esos términos puede resumirse la situación que rodea la desaparición de Ana Rosa Barrera, la mujer de 46 años que vivía en la localidad de Los Cedros, cerca de Alta Gracia, y de quien nada se sabe desde el lunes. Pese a la intensa búsqueda que implementa la Policía de Córdoba, con cuerpos investigativos de distintas áreas bajo directivas judiciales, no hay ninguna pista concreta.

La mujer, divorciada y madre de cuatro hijos adultos y quien trabaja en el Ministerio de Desarrollo Social con sede en el Instituto Pablo Pizzurno, está en pareja desde hace 10 años con Marcelo Ferraretto. El hombre declaró que la mujer “se fue a trabajar” el pasado lunes 29 de mayo. Sin embargo, Ana nunca llegó al trabajo.

El hombre, quien tiene otros cuatro hijos, dijo que halló de casualidad el mismo lunes el auto de la mujer (un Corsa blanco) estacionado y cerrado en barrio Santa Isabel de Córdoba Capital.

El domingo anterior, en horas de la noche, la pareja había mantenido una fuerte discusión en la vivienda de un familiar en la ciudad de Villa Allende, según fuentes de la investigación.

El fiscal a cargo de la investigación, Alejandro Peralta Ottonello, no descarta ninguna hipótesis y ya dijo que la prioridad es encontrar viva a la mujer.

Ana se llevó consigo su teléfono celular. Hasta anoche, no lo había usado, como así tampoco había ingresado (como solía hacerlo con frecuencia) a sus redes sociales.

No se llevó consigo ni el DNI, ni sus tarjetas de débito, ni prendas, confirmaron fuentes del caso.

Ana y Marcelo están en pareja desde hace unos 10 años. “No hay antecedentes o denuncias por violencia de género”, indicaron otros voceros de la causa.

Discusión 

El hombre admitió que el domingo tuvieron una fuerte discusión y añadió que se fueron a dormir. Según su testimonio, cuando se despertó a la madrugada, “Ana ya no estaba, se había ido”.

La mujer nunca llegó a trabajar al Pizzurno. Solía tener como rutina nadar primero antes de entrar a su labor. Tampoco fue a hacer la actividad deportiva.

Sus compañeros ya declararon que la mujer es responsable y que nunca faltaba sin justificativos.

El hombre indicó que, como le dijeron que ella no había ido a trabajar, comenzó a llamarla, pero que no pudo comunicarse.

Luego, salió a buscarla. Indicó que cuando fue a una farmacia en barrio Santa Isabel (a varios kilómetros del Pizzurno) encontró de casualidad el auto de ella.

La Policía tiene establecido, por testimonios de terceros y una comunicación de WhatsApp, que “objetivamente” Ana desapareció el domingo a la noche cuando se fue de Villa Allende, tras una discusión, con su pareja.