"Mató a mis hijos, este hijo de puta mató a mis hijos”, gritaba y repetía una y otra vez María Fernanda López, frente a la despintada persiana que alguna vez fue gris, justo a la altura del 372 de calle La Rioja, en Cruz del Eje.

La periodista Vilma “Piki” Galaico, conductora del programa Aquí vivimos , que se emite por el canal 12 de esa ciudad, la conocía a ella, pero mucho más al “sodero”, Jorge Guillermo Gerónimo (48), su exmarido, del que estaba separada hacía tres años, a la pequeña Uma de 4 años y a Jonás, el hermanito de 7 años. “Piki” acostumbraba a llevar a los niños a tomar helado, cuando su vecino, el “sodero”, los iba a buscar en su vieja camioneta Chevrolet a Villa de Soto, donde vivían con María Fernanda y concurrían a la escuela.

Vilma salió de su casa alrededor de las 9 de la mañana de ayer y vio a María Fernanda sentada en la ventana y 
llorando.

Fue a la Municipalidad a realizar un trámite y al regresar frenó bruscamente su Renault Duster negra y a se acercó a la joven mujer preocupada por sus alaridos. “Mató a mis hijos, ese hijo de puta mató a mis hijos”, seguía repitiendo.

La periodista pensó que “estaba drogada”, pero se había equivocado. María Fernanda buscaba a Uma y a Jonás desde las últimas horas del domingo. A las 23:30, convencida de que su expareja se había ido con los niños a algún lugar, posiblemente a la zona rural de Cruz de Caña, a 70 kilómetros de Cruz del Eje, se presentó en la Unidad Judicial y denunció 
la desaparición del papá con 
las criaturas.

Pasó la noche sin dormir y decidió aguardar en la deteriorada casa del “Flaco” Gerónimo. Quizá por su intuición de madre, decidió levantar la persiana. Alcanzó a ver el rostro de Jonás, recostado sin vida sobre una cama de una plaza ubicada al lado de la ventana.

A patadas y sin poder ser contenida por Vilma, la desesperada madre reventó la puerta. El espeluznante cuadro dejó en estado de shock a María Fernanda. Vilma observó la escena del espanto: Uma yacía tendida en una cama de dos plazas y a los pies, sentado y con la cabeza a un costado, estaba el cuerpo cubierto de sangre ya seca, de su vecino y amigo.

Vilma no alcanzó a ver la escopeta ni una cuchilla que habría utilizado el padre homicida. Aunque hay que aguardar el resultado de la autopsia, se supone que con la cuchilla degolló a Uma y con una escopeta que sólo carga dos proyectiles disparó contra el nene. Luego, por la posición en que fue encontrado el cadáver, se habría sentado, apoyado la escopeta en el piso para apretar por segunda vez el gatillo y acabar con su existencia.

“Vengan urgente que hay tres muertos”. Tras escuchar el llamado, pocos minutos después arribó al lugar un primer móvil policial. El sargento Cristian Rodríguez, que vive en la vereda de enfrente, fue el primer uniformado en entrar a la habitación. “Vi la cara pálida de la niña y no pude ver más, salí corriendo, yo también tengo hijos”, decía llorando.

No lo podían creer

Alicia Lascano tenía sus ojos celestes llenos de lágrimas. Fue otra de las vecinas que fue testigo del baño de sangre antes del arribo de la Policía y del fiscal Daniel Raimundo Barrera y su secretario Leonardo 
Castro.

“Amaba a sus hijos, era un tipo muy solidario, nos criamos juntos, yo tengo 45 años y hacía 40 que éramos amigos. Era buena gente, buen vecino. La última vez que lo vi fue el sábado por la noche. Sólo Dios sabe qué pasó ahí adentro”, alcanzó a comentar la mujer, mientras acompañaba a Daniel, el hermano del “sodero”.

El hombre, empleado de la Municipalidad, tenía los ojos hinchados y morados por el llanto. “No quiero hablar con nadie”, fueron las palabras que le surgieron al ver que arribaban periodistas de los canales 12 y 8 de Córdoba.

Vilma fue la que llamó a Daniel y le dijo lo que había sucedido. El hombre que decidió terminar con su existencia y la de sus hijos estaba muy mal. Atravesaba una crisis, producto de su permanencia en la cárcel por una causa por venta de estupefacientes que tenía a la madre de sus hijos como coimputada. Los dos eran adictos a las drogas.

El 14 de julio, María Fernanda aceptó un juicio abreviado por esa imputación y fue condenada a 4 años de prisión, pena que empezaría a cumplir esta semana.

Fuente: La Voz del Interior