Videos y más videos. Daniel Casermeiro ya fue hallado muerto tras varios días desaparecido, pero todavía su caso sigue en investigación, pese a la feria judicial de enero. Es que parte del equipo que lleva adelante la tarea de dilucidar qué más hay en relación a este homicidio que trascendió las fronteras de San Francisco, se encuentra mirando de manera puntillosa y recolectando pruebas en una causa que tiene a Gerardo Gette, único detenido e imputado en el caso, como el principal sospechoso de acabar con la vida del médico.

Este domingo 19 de enero se cumple un mes de la desaparición de Casermeiro, quien fue encontrado sin vida el 26 de diciembre. Inmediatamente se produjo la detención de Gette, el mayor sospechoso para el fiscal Bernardo Alberione, quien tras ello lo tuvo en frente en dos oportunidades, aunque este optó por no hablar. Es un derecho que posee.

Lo que se conoce

A Gette lo mantiene tras las rejas lo visto en distintas cámaras de seguridad que lo ubican junto al ginecólogo el día de su desaparición. Se los observa hablar en la calle, incluso –de acuerdo a los ademanes- discutir y subirse juntos al automóvil BMW de quien terminara siendo la víctima de este caso. También suma la relación de negocios que unía a ambos.

La defensa del imputado coincide en este punto de que los dos protagonistas del caso estuvieron juntos ese 19 de diciembre, sin embargo, agregan que horas antes de que se produzca la muerte ya se habían separado: “Ese día (por Gette) estuvo acompañando al doctor Casermeiro en el auto. Él lo admite y nosotros lo hemos contrastado y fue así. Estuvo presente con él afuera de la clínica y lo acompañó en el auto pero nunca lo condujo", dijo en diálogo con la prensa el abogado Fernando Martini, afirmando que su cliente "se desvinculó" de Casermeiro "horas antes de su muerte".

Caso Casermeiro: nuevos videos vuelven a complicar la situación de Gette
Daniel Casermeiro

Una camioneta que puede hablar

Existe una duda a dilucidar en la investigación que es la participación de una tercera persona y de otro vehículo, los que podrían haber servido de soporte el día del crimen a la hora de ocultar el auto del médico en otro sector y luego producirse la huida. Allí aparece una camioneta VW Amarok doble cabina, de color negro, que fue secuestrada a inicios de este año en la provincia de San Juan y el pasado fin de semana fue traída a nuestra ciudad. Esta pertenece a Gette y en ella viajó su hijo Leonel. Desde la fiscalía pidieron una serie de peritajes sobre el vehículo y ya se habrían encontrado elementos biológicos que están en análisis.

También pudo saber El Periódico que se habría realizado un allanamiento en la casa donde el hijo del detenido se encontraba en San Juan. Cabe recordar que tanto el abogado defensor del imputado como el fiscal Alberione se refirieron a la situación de Leonel Gette: “La camioneta se secuestró estando en poder de su hijo, quien ya tenía programado un viaje a San Juan para visitar a una familiar y eso fue algo rutinario. No se lo relaciona en ningún aspecto”, afirmó Martini en relación al joven.

En tanto, el fiscal señaló en este sentido que se encuentra “en la misma situación de muchas personas que estuvieron cerca del médico ese día”.

La vuelta de Gette a la zona urbana

Pese a lo que sostiene la defensa, nuevos aportes de cámaras de seguridad volverían a poner a Gette en el centro de la escena, pero ya con el homicidio consumado.

Por ejemplo, existe material en video que refleja que el imputado camina ese jueves de la desaparición, ya en horas de la tarde, hacia la zona urbana de San Francisco en un trayecto oeste-este.

Según pudo conocer El Periódico, se lo observaría caminando por calle Iturraspe en busca de la camioneta Amarok que había dejado estacionada por la zona céntrica. En sus manos llevaba una especie de bolsa aunque armada como un fajo, revelarían las imágenes.

Varias cámaras de seguridad ubicadas sobre esa arteria tomarían esta escena, que se vuelve clave para los investigadores y ponen a la camioneta secuestrada en el centro de la investigación actualmente. También se lo vería con una remera que hasta el momento no apareció.

La autopsia

La autopsia vuelve a indicar el lugar donde fue encontrado el cuerpo como el sitio donde Casermeiro fue ejecutado de un balazo en la nuca. “Si lo trasladaron fue pocos metros, pero no mucho más. Tenía la remera levantada como si lo hubiesen movido”, señaló una fuente judicial a este medio.

La copiosa lluvia caída y las altas temperaturas siguientes en medio de la búsqueda provocaron que la descomposición del cuerpo sea importante, al punto de oscurecerlo, lo que llevó a varios apresurados a decir que el cuerpo del ginecólogo había sido hallado calcinado. Lo que no tuvieron en cuenta es que se encontraba con ropa, la cual no estaba quemada. Menos podrían haberlo vestido luego de incinerarlo

Un dato importante para su rápido reconocimiento, pese al estado del cuerpo, fue una placa que el médico tenía en su fémur izquierdo.

El disparo en la nuca fue a “traición”, aseguró Alberione, es decir por la espalda. La bala ingresó por el occipital del cráneo y se alojó en la zona frontal. Según la autopsia, no tenía lesiones previas o signos de violencia.

Por último, no hay dudas que el homicidio se produjo el mismo día en que desapareció.

CLAVES

- El jueves 19 de diciembre Daniel Casermeiro dejó por la mañana el consultorio donde atendía en el Sanatorio Argentino, aparentemente para realizar un trámite bancario y nunca volvió pese a que había pacientes con turno esperándolo.

- Una semana después, el médico apareció muerto en una zona aledaña a la ruta vieja que va hacia Luxardo.

- Gerardo Gette, a quien se lo vio con Casermeiro el día 19, fue detenido en la madrugada del 27 de diciembre. Está imputado por homicidio calificado. Se abstuvo de declarar y negó los hechos que se le imputan.

- Según el fiscal Alberione, el móvil sigue siendo el “económico”. Aparece la "balanza", que pertenecía a un familiar de Gette pero era administrada por este último. Luego, ante una deuda, el médico pasó a tener este establecimiento. Allí se podría haber desatado un conflicto que terminó en muerte.