Alrededor de las 17:30 de este jueves Diego Williner fue sorprendido en su distribuidora de bebidas de calla San Juan al 1200 por dos delincuentes armados que ingresaron a su oficina y comenzaron a exigirle dinero. Si bien le robaron solo unos 600 pesos y un celular, el hombre pudo ideárselas para lograr sacarlos del local y pedir auxilio a sus vecinos.  

“Estaba solo en el negocio, adentro de la oficina, cuando entran dos personas armadas, me sacan el celular que tenía arriba del escritorio y ocasionalmente tenía 500 o 600 pesos-le relató Williner a El Periódico-. Pero me pedían más dinero, les dije que tenía otra plata en el galpón para sacarlos de la oficina, que estaba escondida detrás de un portón”.

Williner, que trabajó durante más de 20 años en la calle como vendedor, sabía cómo actuar. Señaló que en todo momento se mostró tranquilo, tratando de darle lo que los delincuentes querían. “Les dije que para sacarlo tenían que cerrar un portón, como para ganar tiempo. En la medida que ellos cerraron el portón, empujé a uno y me escapé a la calle, a todo esto uno me pega con el arma en la nariz y empecé a gritar, ellos se subieron a la moto y se fueron”, expresó.

La primera vez

El propietario de la distribuidora contó que ambos delincuentes tenían puesto sus cascos de seguridad, y al estar enfocado en hacerlos salir del interior, poco pudo observar de la fisonomía de los asaltantes.  

“Es la primera vez que nos pasa-dijo Williner -, sabíamos que en algún momento nos iba a tocar, pero como siempre hay gente acá y no es normal que esta tarde tuvimos tan poco movimiento, ellos pasaron vieron que no había nadie, volvieron y se mandaron. Así lo pude ver en las cámaras de seguridad que tiene un vecino”.

Medidas

Ante esta situación el propietario evalúa instalar cámaras de seguridad y comenzar a trabajar con las rejas, aunque esto le ocasiona algunos inconvenientes funcionales a la hora de cargar y descargar cajones de bebidas.

“Hace bastante tiempo venimos analizando colocar cámaras de seguridad, porque de alguna manera nos ayudaría a prevenir. Tenemos el portón de alambre pero como es constante el movimiento, pasan personas con cajones, no es funcional, más allá que no descarto comenzar a trabajar de esa manera”, estimó.

Pese al mal trago del asalto y al golpe que recibió, el hombre se mostró dolido por el robo de su celular, una importante herramienta de trabajo donde tenía todos sus contactos laborales y al que lo llamaban viajantes y clientes.