Encontrar a motociclistas con casco en el camino interprovincial no es algo frecuente. Tampoco lo es el respeto por las normas viales, ya que los semáforos ubicados en esta arteria de intenso tránsito son trasgredidos por conductores que parecen vivir en un apuro constante y cuyas consecuencias después son para lamentar. Solo hay que posarse un rato en la zona para darse cuenta de esta situación.

Lo que sucede en el interprovincial no es nuevo. El tránsito es constante todo el tiempo y en las horas pico parece explotar de vehículos. La infraestructura tampoco ayuda debido a que aparecen en el recorrido muchos baches que suman más trastornos en la circulación.

Especialistas en materia vial remarcan dos cuestiones. Primero la necesidad de controles seguidos y permanentes, los que solían llevarse a cabo muy esporádicamente y de forma conjunta entre ambos municipios, con la presencia de las distintas fuerzas de seguridad. Sin embargo, el escenario que se montaba es más efectivo para el marketing político que otra cosa.

Lo otro que se remarca es la necesidad de estudiar el movimiento en esta arteria para saber si son necesarias modificaciones estructurales.

Ahora bien, pese a que solo una calle separa a ambas ciudades llama la atención la distancia que mantienen sus gobiernos municipales. Al menos hasta ahora, ya que en el último tiempo no se conocen trabajos en conjunto para atenuar este grave escenario.

Alrededor de 2015, cabe recordar, se desató una importante polémica en torno a la intención de construir un “muro” que separe en el medio de la calzada ambas ciudades. La idea de ese momento, sin demasiada planificación, era delimitar concretamente las responsabilidades de cada una de las municipalidades. Pero de haberse logrado podría haber sido peor el remedio que la enfermedad. Como era previsible, esto provocó una oleada de críticas que truncó la iniciativa que venía del lado santafesino

Pero lo que ocurre desde hace años en esta vía es que hay que transitarla con cuatro ojos porque es todo un riesgo y se asemeja a una situación caótica. Suceden accidentes graves y hasta fatales y tampoco respetan las normas viales. Más que alguna idea relámpago y algún control testimonial, hace tiempo que se necesita un estudio serio del tránsito en esta arteria.

Se puede ver de dos maneras: que la misma avenida sea compartida por dos jurisdicciones municipales pareciera diluir la responsabilidad. Y por otro lado, también podría ser visto como una ventaja: dos municipios pueden ocuparse de un mismo problema. Hasta ahora predomina la primera idea, por lo que sería un paso necesario que ambos gobiernos se ocupen del tema más que para la foto.

El Camino Interprovincial en la mira: especialistas piden con “urgencia” controles y un estudio del tránsito sobre esta arteria