Javier Serrano, diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), falleció este miércoles en su casa, luego de recibir la primera eutanasia legal en la Comunidad de Madrid, España.

El hombre de 58 años estuvo acompañado por su familia y un equipo médico del Hospital 12 de Octubre. Desde junio que Javier esperaba para poder recibir la eutanasia, y se logró esta semana después de recibir la aprobación del Comité de Garantías y Evaluación, encargado de revisar las solicitudes.

Cuando los médicos le preguntaron el martes cuándo quería que se realice el procedimiento, él respondió “mañana”. La deterioración que le produzco la enfermedad hizo que en pocos meses Javier no pueda caminar, tampoco puede mover las manos ni dormir.

“No quise esperar más, no puedo aguantar más. Los dolores son bestiales, cada día que pasa son peores y ya no los aguanto ni con morfina”, explicó el martes en declaraciones a SER, y luego añadió: “O sea que mañana, día 3, vendrán la doctora consultora, la neuróloga y dos enfermeras del 12 de Octubre. Será aquí en mi casa”.

Cuando le preguntaron cómo se sentía, Javier dijo que estaba contento por terminar con tanto sufrimiento, pero triste por sus seres queridos. “Pero solo cuando pienso en la gente a la que quiero, sobre todo en mis nietos, que tienen 2 y 5 años. Espero que no se olviden de mí, si no, ahí está mi hijo para mantener mi recuerdo”.

Javier contó cómo iba a ser el momento que se iba, y que lo iba a acompañar su hermana -que le traía chocolate y “porras”, su hijo y su cuñado.

A los periodistas que lo llamaron antes del procedimiento les pidió que cuando cuenten la historia “pongan Despeche Mode para recordar que se va este tipo”.

“Es verdad que tengo sentido del humor, a veces también lloro, pero es que quiero irme y me voy feliz”, expresó Javier.

A veinte minutos del procedimiento, el hombre se despidió de los periodistas con humor “se me van a enfriar las porras”, dijo y colgó.

Sobre la ley

El 24 de marzo de 2021 España aprobó la ley que autoriza la eutanasia en España, y tan solo en octubre, la Comunidad de Madrid dio luz verde el decreto que abrió el registro de profesionales sanitarios objetores de conciencia.

También se estableció la Comisión de Garantía y Evaluación, órgano que interviene como requisito indispensable antes de aprobar estos procedimientos.