Cualquier Terminal de Ómnibus está rodeada de tantas historias como gente hay de paso por ellas y los murales que se están pintando todavía en el paredón de la ubicada en San Francisco no es la excepción. Si bien están todos unidos por ese abrazo simbólico de la pintura, cada uno tiene su propia motivación, como la que le imprimieron Noelia Naz y Emanuel Miranda al suyo. 

De un lado de la Terminal hay mucha gente y ruido de colectivos, hay gente que viaja, otra que llega, vendedores, perros, vecinos cruzando por lugares incorrectos, los “bondis” urbanos que siguen girando. 

Es un viernes más y en el medio de todo ese caos tan sanfrancisqueño Noelia y Emanuel barnizan su trabajo para protegerlo del deterioro. Echada en la vereda estaba Coral, la perrita de esta pareja que recorrió muchos kilómetros de Latinoamérica junto con ellos y es la protagonista de este mural. 

Mientras seguían trabajando Noelia primero agradeció que se detuvieran a mirar su mural y después dijo a El Periódico porqué tenía esta motivación: “Coral es la protagonista acá, en los buses muchas veces no te dejan viajar con ellos, pero ellos son muy importantes, son quienes nos cuidan. Son muchas cosas las que vivimos y hay muchos caminos para seguir, este es el que elegimos nosotros con esta familia”. 

Coral, la perrita peruana que se convirtió en un mural en la Terminal de Ómnibus

Familia latinoamericana

Emanuel es de Bogotá (Colombia) y llegó en diciembre recién a la Argentina, está planeando casarse con Noelia, pero se definen como “compas” que tienen a Coral en su núcleo familiar. Los chicos se conocieron en Ecuador y la perrita es de Perú. 

Para viajar con su mascota han pasado muchas situaciones, entre ellas que Coral sabe quedarse quieta y comportarse para ir camuflada en colectivo, en otras ocasiones eso no se pudo y sin abandonarla los tres optaron por otros caminos. 

“Uno que viaja mucho pasa muchas noches en la terminal porque no hay pasaje o no dejan que suba el perro, es muy difícil transitar eso y queremos representar (en el mural) lo que vive el viajero, el artesano. Eso pasa porque elegimos viajar con una familia que no viene del mismo lugar y muchas veces incluye a nuestros perros”, expresó. 

Noelia habla de tener que transitar “muchas rutas oscuras” como un precio que deben pagar porque no dejan subir a Coral y porque no hay políticas que faciliten viajar con los animales a diferentes lugares. “Las personas que elegimos y vemos a las mascotas como parte de la familia no tendríamos problemas en pagar o acceder a lo que haga falta para llevarlos”.

Emanuel, Noelia y Coral juntos trabajando.
Emanuel, Noelia y Coral juntos trabajando.

Instalados en la ciudad

El mural que realizan tiene una semana de trabajo y ahora están barnizándolo. La experiencia ha sido muy positiva creen los chicos porque les permitió "compartir la labor con otros compañeros" y resulta más atractivo que hacerlo en soledad". 

Así como ellos han estado de paso por muchos lugares ahora sucedía a la inversa. Muchas personas pararon a conversar, Coral se llevó muchas miradas y entre los tres siguen forjando su propio camino que ahora los tiene frente a una Terminal, con el sol cayendo y la gente que sigue yendo y viniendo. 

Una cadena de murales "abrazará" la Terminal de San Francisco