Victoria Saraceno se enamoró del inglés desde muy chica y como muchos otros jóvenes fue a aprender en una academia privada. Después lo eligió como carrera a través del Traductorado en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y hoy lo vive diariamente por su estadía en Estados Unidos.  

La joven de 26 años es de San Francisco y es una de las tantas personas que forma parte del Programa Au Pair al que accedió con a través de la empresa Cultural Care. Su desembarco se dio en enero de 2023 y actualmente piensa en una alternativa para continuar residiendo allí, pero con otra visa.  

Para Victoria todo ha sido una aventura en busca de cumplir sueños y objetivos de vida. El destino la terminó llevando hasta Nueva York.  

“Viví mi primer año en Southlake, Texas, a 40 minutos de Dallas. Actualmente vivo en New Rochelle, estado de New York y estoy a 30 minutos en tren a la ciudad. Hago un programa de intercambio cultural (Au Pair) donde vos venís a vivir a la casa de una familia. Ellos te dan techo y comida a cambio de cuidar a los hijos. Está avalado por el Gobierno de Estados Unidos y llegás por medio de una empresa”, explicó a El Periódico.  

Cambio 

La pandemia trajo cambios a la vida de Victoria. Ella estaba rondando los 24 años y estudiaba en Córdoba el Traductorado, aprobó hasta 4° año y fue allí cuando pensó en que le gustaría saber más de todo lo que aprendía en clases.  

“Quería tener la experiencia de vivir un año en el extranjero, era el work travel de 3 meses o este programa de un año. Mi objetivo era perfeccionar mi nivel de inglés y hablarlo como nativo, estar todo el tiempo en contacto con el idioma. En Córdoba trabajaba de profesora de inglés y rápido hice todo el trámite de la visa, conseguí la familia y me vine en enero en 2023”, recordó. 

Llegada 

Su primera ubicación fue con una familia de South Lake, un pueblo en el estado de Texas. Se encontró al cuidado de dos niños, una nena de 2 años y un nene de 3.  

“Estuve un año con esa familia, viajé mucho gracias a ellos e hice un gran grupo de amigos porque hay una comunidad enorme de au pairs. Conocí Orlando, México, Colorado, Boston, New Hampshire, Las Vegas, Austin (dentro de Texas), Oklahoma y vine de visita a Nueva York donde me di cuenta que me enamoré de la ciudad y quise extender mi estadía”, afirmó. 

Pasaron 12 meses y se terminó ese primer contrato, el programa le permitía solicitar una prórroga por diferente cantidad de meses y ella llegó al máximo de un año, por eso en enero se mudó a la ciudad actual.  

“El tiempo es un año mínimo y se puede extender hasta 12 meses con otra familia. En enero de 2024 vine con esta familia donde por contrato voy a estar hasta enero y cuido de una nena que se llama Isla”, agregó.  

Aprendizaje mutuo 

Sobre el estado de Nueva York contó que el calor es sofocante por la humedad. “Parecido a San Francisco”, describió. Allí vive con un matrimonio que tiene a Isla y todos representan a diferentes etnias ya que el hombre es sudafricano, la mujer nació en Puerto Rico pero su ascendencia es palestina y la pequeña nació en Londres.  

“Volvieron a Estados Unidos hace un año y culturalmente hablando hay una diferencia más grande. Ellos me pidieron hablar con la nena en español para que pueda aprender esa lengua, su mamá se fue muy chica de Puerto Rico y perdió un poco la habitualidad" aseguró.  

Lo que viene 

Nueva York es el lugar donde Victoria tiene ganas de estar, considera que ha logrado esa meta que fue a buscar y se sorprende de que en poco tiempo domina el lenguaje y está segura de comunicarse con las personas.  

“También quería conocer, mi objetivo era Nueva York y no todo el país. Lo que no esperaba era encontrarme con la Copa América, así que aproveché eso. Ahora considero extender la estadía con otro tipo de visa”, completó.  

Gustos 

La joven disfruta de un Estados Unidos, al que describe como caótico pero “lleno de oportunidades” y en común con Argentina cree que está esa característica de haberse desarrollado con muchos inmigrantes.  

Respecto a la actitud de los americanos dijo: “Son muy patriotas, muy orgullosos de su país, es como en las películas. Al inicio sentí el impacto en el cambio de horario de comidas por el almuerzo que acá es al paso y rápido, la cena es a las 17 o 19”.  

Eso sí, Victoria aseguró que “la vida es más acelerada y ellos apuestan por el dinero y conseguir cosas materiales en la vida”. Pese a eso consideró: “Me gustaría tener mi lugar en este país”

Por último, también valoró lo que aprendió en la universidad. El programa del que participa requiere que cubran cierta cantidad de créditos universitarios y en su caso el año pasado optó por uno para enseñar inglés como segunda lengua.  

“No fue para aprender sino para enseñarlo, la mayoría de las cosas las había visto ya en la universidad y eso me puso muy contenta, este año aún no lo hice, pero irá por el mismo lado seguramente”, concluyó.