Vendía ropa en la calle, soñaba con su propio local y lo consiguió: “Quiero ir creciendo de a poco”
Es la historia de Rodrigo Paviatto, que en noviembre de 2017 había contado su historia de vida de vendedor ambulante y sus anhelos. El pasado sábado cumplió su deseo y abrió su negocio de venta de ropa de hombres.
Rodrigo Paviatto (23), un joven que comenzó como vendedor ambulante, cumplió el sueño de abrir su propio local de ropa de masculina: lo hizo el pasado sábado y tuvo una Navidad exitosa en cuanto a ventas. “Fue hermoso, entre el cansancio y ver a toda la gente de la compañía de mis clientes, se me llenó casi todo el día, fue muchísima gente y superó mis expectativas”, le dijo el joven a El Periódico.
El pasado sábado 22 de diciembre pudo abrir su comercio en calle Mitre al 149, y al que bautizó “Tucho Hombre”; ese día luego de acomodar los últimos detalles, trabajó hasta las 23:30.
Rodri o “Tucho”, como lo conocen muchos, vivió la mayor parte de su infancia en “los Tribunales viejos” y de chico tuvo que salir a ganar una moneda para ayudar a su mamá y sus hermanos. Barrió veredas, lavó autos y empezó como vendedor ambulante de ropa. Empezó vendiendo medias y así, con respeto y humildad, supo ganarse una clientela que le permitió pegar el salto.
“Superó mis expectativas”
En la apertura estuvo acompañado de muchos clientes y amigos que le compraron tanta mercadería que el joven tuvo que volver a viajar para reponer sus productos.
“Fue hermoso, entre el cansancio y ver a toda la gente de la compañía de mis clientes, la repercusión fue mucha, muchos mensajes por todos lados tirando muy buena onda y en los días previos a Navidad, el local se llenaba casi todo el día, fue muchísima gente y todo esto superó mis expectativas”, reconoció.
Y Rodrigo no sólo se queda con cumplir su sueño sino que va por más. El joven pretende ir incorporando calzados y accesorios para tener su negocio lo más completo posible. “Puede sumar calzado de hombres y me van a entrar varios modelos más. La idea es ir completando lo más que pueda al local con más accesorios e ir creciendo de a poco”, sostuvo. Y como mensaje esperanzador agregó: “Esto es un premio a la constancia, a la voluntad, de que a pesar de las adversidades si se puede salir adelante”.
Por último agradeció a una contadora, Alfonsina Martelotto, que conoció su historia y lo ayudó en todo lo referente a papeles para habilitar el local sin cobrarle un solo peso: "Un gesto que me dejo sin palabras y a la cual le agradezco de corazón".