Fue en 1892. Apenas seis años después de que José Bernardo Iturraspe decidiera que por esta zona iba a fundarse la ciudad de San Francisco, se erigía en estas tierras el entonces Molino Meteoro en la esquina céntrica de 25 de Mayo y Buenos Aires en que esos imponentes silos se volvieron una marca propia de la ciudad. La ciudad es otra, el mundo es otro, y la actividad del molino, hoy bajo el nombre Carlos Boero Romano, sigue sin pausa en el mismo lugar de siempre. Las preguntas entonces no son nuevas: ¿es adecuado que una industria nacida hace más de 125 años siga en pleno centro de la ciudad? ¿por qué no se van al Parque Industrial?

Este interrogante se avivó otra vez a fines de abril de este año con el derrumbe de una pared junto a los silos de la misma empresa ubicados en 25 de Mayo junto al colegio San Martín y el Superdomo, que afortunadamente no dejó heridos aunque sí daños materiales. Y despertó los cuestionamientos de las autoridades del San Martín por el polvillo y el mal olor, además de un debate en el Concejo Deliberante sin ningún plan de acción posterior.

¿Es posible que el molino se traslade al Parque Industrial? El tema no fue tratado con la Municipalidad y, si bien muestran predisposición para analizarlo, tampoco figura hoy en los planes de la empresa, según las respuestas que dieron a las consultas de este medio. Aunque desde la firma consideran que serían muchas las ventajas de operar desde el Parque, también enumeran una serie de inconvenientes y la falta de un plan a largo plazo acordado con las autoridades locales.

Silos en pleno centro: ¿por qué siguen ahí?
El molino ubicado en 25 de Mayo y Buenos Aires data de 1892.

Reubicación

En diálogo con El Periódico, los responsables de Caros Boero Romano aseguraron que tanto los silos como el molino harinero no son estructuras que puedan ser trasladadas y rearmadas, por lo que directamente deberían construir nuevas instalaciones en el Parque Industrial. 

“Las cuestiones que se deben resolver para desarrollar este tipo de proyectos son muchas. Lugar disponible, infraestructura (accesos, energía, gas natural, comunicaciones, agua, seguridad, etc.), recursos financieros e interrumpir la presencia en el mercado son algunos ejemplos de lo que se debería contemplar en un proyecto de estas características”, detallaron desde la firma.

“El apoyo del Estado debería tener un rol preponderante a la hora de acompañar a las empresas a este tipo de decisiones. El trabajo conjunto con las instituciones relacionadas a la actividad (como secretarías o ministerios), el trazado de una estrategia común que considere los recursos y el tiempo necesario con las distintas áreas del gobierno, son fundamentales a la hora de encarar este tipo de proyectos”, agregaron.

Las autoridades de la firma añadieron que no existen programas a nivel país o de provincias para atender estas situaciones, y por eso la solución actual en los municipios pasa por un equilibrio entre lo industrial y lo urbano, con controles y normas para reducir las consecuencias de la actividad comercial dentro de la ciudad.

Los problemas

¿Cuáles son los principales problemas que aduce Boero Romano para reubicarse en otro lugar? En primer lugar, resolver qué va pasar con las actuales instalaciones y su reutilización. “Tenemos que tener en cuenta cómo resolver la integración urbana de las estructuras que no se utilizaran más y que tendrían que estar consideradas en un desarrollo inmobiliario, una actividad a la que no se dedica nuestra empresa”, indicaron.

En segundo lugar, mencionan la cuestión financiera. “Las inversiones de este tipo de proyectos deben estar apoyadas en alternativas financieras que no comprometan el resultado de la empresa y ponga en riesgo la actividad que se desarrolla”, ampliaron.

Y en tercer lugar, consideran que interrumpir la actividad para construir en otro lugar les significa perder presencia en los mercados. “Es una tarea que durante muchos años ha sido foco de las acciones comerciales desarrolladas por nuestra compañía, por lo tanto el tiempo que demande la reutilización de las maquinarias o de las instalaciones no debería comprometer este aspecto”, explicaron. 

En el San Martín, mejor pero con mucho control

El derrumbe de la pared junto a los silos ubicados en inmediaciones al colegio San Martín generó nuevas críticas desde esa escuela por la suciedad y el mal olor que provoca la actividad industrial. Sin embargo, las cosas han mejorado desde entonces, según indicó Silvana Romagnoli, directora del establecimiento educativo.

“Por lo general está limpio, en los días de humedad, cuando llueve, se sigue percibiendo mal olor pero no es como antes. Lo tienen controlado pero también porque estamos siempre controlando nosotros, apenas sentimos mal olor vamos y les pedimos que lo limpien. Pero no podemos estar haciendo reclamos a cada momento para que limpien el lugar”, dijo la directora, aunque aclaró que hay una buena relación entre las partes. 

“Creo que no se puede derrumbar ni nada de eso, pero el casco céntrico no es el lugar para que estén haciendo ese trabajo. Los días de viento vuelan las semillas, queda todo el patio sucio con polvillo, que les hace mal a los alumnos. Los días muy ventosos, el colegio queda muy sucio. Eso no cesa”, concluyó la directiva.

Al respecto, desde Boero Romano señalaron que se está considerando agregar un cerramiento en uno de los márgenes de las instalaciones para mejorar la contención y evitar que llegue polvillo a la zona colindante con el colegio.

Silos en pleno centro: ¿por qué siguen ahí?

Más de 120

Son los empleos directos que informó Boero Romano, y consideró que de forma indirecta la actividad de la industria involucra a más de 500 empresas y particulares.

En Villa María

Los casos de industrias y molinos de vieja data en los centros urbanos son comunes en muchas ciudades del país y de nuestra región. En Villa María, pasa algo similar con el Molino Fénix, también dentro del casco céntrico desde hace 100 años. Sin embargo, allí la firma propietaria tiene anunciada su intención de trasladarse al Parque Industrial de esa ciudad, para lo cual ya adquirió ocho hectáreas y se encuentra construyendo acopios. Pese a esto, la reubicación aún no tiene fecha.