Recorriendo San Francisco podemos encontrarnos con vestigios de un pasado rico, de construcciones antiguas de pioneras y resistentes industrias. Tal fue el caso de la jabonería de Manuel Therisod, fundada en el año 1904, alejada de lo que era la incipiente ciudad, hacia el sur, en avenida 9 de Septiembre 1393. Hoy la propiedad de la que firmes paredes pertenece a la firma Motores Adas.

Pionera en la industria química

La empresa se instaló en la primera década del siglo XX, precisamente en el año 1904. Fabricaba jabón en panes y en barra. La marca de uno de los productos era "Competencia" y tenía garantía para lavar con agua salada.

Fue una de las primeras "industrias químicas" de San Francisco pero no la única jabonería porque también en esa época estaba la de Telésforo Guerrini, en la actual esquina de Beto´s, que producía el jabón "Victoria" y más acá en el tiempo -50 años ya- la jabonería Grau, en zona de La Florida.

La jabonería Therisod llegó a contar con siete empleados, un carrero, dos obreros encargados de cortar el jabón, unos jóvenes que armaban los cajones para la venta y el maestro jabonero Ernesto Lazzarini. 

La firma llegó a producir 2000 cajones de jabones por mes que se distribuían en una amplia zona que abarcaba desde nuestra ciudad, Córdoba, Rosario, San Cristóbal y Ceres, entre otros puntos.

Un amplio predio

La propiedad contaba con un amplio predio que además de contar con galpones de la jabonera poseía casas familiares, caballerizas, huertas, garajes y gallineros.

El galpón de la jabonería estaba compuesto por un salón principal con una planta alta donde se encontraban tres ollas para el proceso de elaboración del producto. Una planta baja en la que se situaban las calderas que calentaban dichas ollas y por medio de tuberías el jabón se distribuía en ocho piletones. Existía otro galpón denominado la carpintería en el cual se fabricaban los cajones para la mercadería.

El predio poseía una laguna- que se observa en la foto de la época- que era utilizada para desaguar los desechos.

Como nada es para siempre la fábrica cerró sus puertas alrededor de 1946, entre los motivos se señalan los aumentos en los precios de las materias primas, combinados con los aumentos de precios y la baja rentabilidad.

El predio continuó siendo habitado por tres familias, la Therisod, la de Lazzarini y Busso, hasta que años más tarde toda la propiedad fue vendida a la firma Motores Adas. (Fuente: Archivo Gráfico y Museo histórico).