Por Oscar Romero.

Son las 14 de un día cualquiera y si bien el merendero del comedor La Virgencita –Lamadrid 822- abre a las 16, ya hay chicos esperando para ingresar al espacio que coordina Cáritas Diocesana junto a padres de barrio Parque.

Allí no sólo se da la merienda a unos 90 chicos por día, sino que también se brinda ayuda escolar y contención a niños que van desde los pocos meses de vida hasta jóvenes de 18 años.

Jorge Ambrosino, coordinador del plan de inclusión educativa Emaús, explica que se trata de un proyecto comunitario que funciona desde el 2009, donde se brindan talleres y ayudas educativas para niños, jóvenes y padres.

“Tenemos alrededor de 90 a 100 chicos del barrio que vienen por día. Algunos vienen a jugar y tomar la merienda, otros toman la merienda y se les ayuda con sus tareas. Otros se quedan al taller de arte o de educación física. No tenemos grupos fijos, esto está abierto para todos, inclusive para los padres”, sostiene el coordinador.

“Seños de la leche”

Miriam Almada y Carmen Barrera son dos de las madres que asisten al merendero desde sus comienzos. Ellas se ríen porque los más chiquitos cuando las ven por las calles del barrio las saludan como “las señoritas de la leche”. Y justamente su tarea es servir la merienda a los que allí concurren, acompañarlos y hasta ayudar en las tareas escolares cuando falta alguna docente.

“Desde que abrió que estoy –dice Miriam-. Me uní porque en aquel entonces no había trabajo y el merendero era como una salvación. Se empezó a organizar el grupo de los padres. Primero veníamos un día, luego fueron tres veces a la semana y ahora de lunes a viernes”.  Y agrega: “Es lindo, ahora ya vienen mis nietos y una va por la calle y los chicos te llaman ‘chau seño de la leche’”.

Según Carmen son un grupo de seis madres las que están siempre con numerosas tareas. El coordinador del proyecto asegura que el comedor no funcionaría si no fuera por esas madres y padres que ayudan.

Un día más

Las madres analizan la posibilidad de que el merendero también abra los días sábados,  “porque hay chicos que no tienen otra actividad los fines de semana, no hay colegio, no hacen deportes y para que no estén en las calles preferimos que estén acá”, coinciden. “Hay muchos chicos que se van a dormir con lo que meriendan acá”, aseguran.

Nivel inicial para adultos

Una de las aulas del comedor también funciona como escuela para adultos, donde unos siete padres del barrio finalizan sus estudios de nivel inicial.

“Lo que se comparte se multiplica”

Cáritas realizará este fin de semana en todo el país su colecta anual, con el lema "Todo lo que se comparte se multiplica". El objetivo es sustentar la labor de la entidad que busca dar respuestas a las problemáticas de la pobreza desde los valores de la dignidad, la justicia y la solidaridad.

El director de Cáritas de la Diócesis de San Francisco, Marcelo Suppo, expresó que “es la única vez que como entidad salimos a todo el país a buscar fondos para solventar los proyectos de promoción humana, trabajo social, economía solidaria, planes de inclusión educativa, formación en ciudadanía, entre otros”.

Para este 2015, desde Cáritas se apunta a trabajar en promoción humana desde distintos espacios educativos no formales que existen en barrio Parque y La Milka, que albergan a unos 200 chicos. El objetivo es armar un tercer espacio en zona de barrio Ciudad y Dos Hermanos.

“Los espacios educativos comenzaron con la idea de poder acompañar al niño desde que empieza jardín de infantes hasta que termine su nivel terciario”, explica Suppo.