Por Oscar Romero

Un joven trabajador que está conociendo la profesión de ser papá y que cada día se sorprende del crecimiento de su nena. Un empresario que trabaja junto a su hija en el desafío de mantener y llevar adelante una empresa familiar de gran prestigio en la ciudad. Y la historia de un hombre que debe levantarse día a día con el profundo dolor de saber que su hija no está más.

Son ejemplos de vida, de esperanza y de lucha, que pasan en nuestra ciudad y que merecen ser contados en una jornada especial para los papás.

Conociendo el oficio

Daniel Barbero, de 24 años, es el padre de Jazmín, de poco más de un año.  Este será su segundo Día del Padre, una fecha que lo emociona de sólo ver a su hija que lo sorprende con las cosas que aprende.

“Apenas nació Jazmín tuvimos que levantar una pieza porque no teníamos lugar. Justo cuando mi mujer quedó embarazada me despidieron del trabajo, así que me preocupé un poco. Pero por suerte encontré otro rápido”, recuerda Daniel.

El joven trabajador metalúrgico no se olvida nunca del nacimiento de su nena. “Cuando mi señora estaba en la sala de parto yo esperaba afuera, junto a otro señor que iba a tener un hijo. Estábamos los dos sentados, nos mirábamos, pero no nos hablamos. Me levanté y empecé a caminar de un lado para el otro por un pasillo chiquito. El hombre también. Uno iba para un lado y el otro venía. En un momento el señor se detuvo y me preguntó: “¿qué estás esperando, un varón o una nena?”, una nena le dije, “ah yo un varón”, contestó. Nos dimos vuelta y seguimos caminando. En eso sale la enfermera y me da la nena, toda chiquitita, arrugada y con los ojos grandes que me miraban y no sabía que decir, hasta que apareció el hombre por atrás y dijo “mirá qué linda que es, felicitaciones.” Ahí reaccioné que era papá”.

Para Daniel, otra de sus grandes emociones fue escuchar la primera palabra de Jazmín, que fue “papá”.

“Cuando llego de trabajar se me pega y tengo que llevarla conmigo a todos lados. Y a la noche antes de dormirse primero tiene que jugar un rato conmigo, sino no se duerme”, cuenta Daniel mientras la mira.

“Cada vez que me acuesto a dormir la siesta la tengo que llevar conmigo, en más de una oportunidad ella no se quiere dormir y da vueltas en la cama. Yo me quedo dormido y me despierta porque se sienta en mi espalda y juega al caballito (risas)”.

Si alguna vez han escuchado la frase: “es un padre que se babea por su hija”, sin dudas esta no es la excepción.

Juntos a la par

Roberto Colombatti y su hija Cecilia, comparten y aprenden en los negocios y en familia. Juntos llevan adelante la prestigiosa Confitería La Palma, de importante trayectoria en la ciudad.

Papá de cuatro hijos, Roberto se muestra satisfecho porque Cecilia siguió sus pasos. “Ella eligió esto por gusto, quiere aprender, quiere crecer y su carrera la ayudó para hacer las cosas que estudió. Ella administra este lugar donde hay 30 empleados”.

Cecilia, por su parte, revela que la confianza es una de las ventajas de trabajar en familia. “Nunca imaginé que iba a trabajar con mi papá. Esto se dio de una manera rara, porque él necesitaba gente, me ofrecí sin pensarlo y me fui metiendo de a poco, aprendiendo de él”.

“Es él quien toma las decisiones más importantes –continuó Cecilia-. Todos tratamos de consultarle, apoyarnos en su experiencia. Todos los días aprendo de él porque lo acompaño en la parte administrativa, además de encargarme de la comunicación publicitaria y el diseño”.

Ambos reconocen que en el trabajo las peleas y discusiones ocurren, pero nunca pierden el sentimiento de amor y respeto del uno hacia el otro.

Un dolor indescriptible

A Hugo Ellena, un inconsciente le arrebató la vida de su hija mayor, Mariana. Hoy le toca vivir su primer día del padre sin esa presencia, en medio de un dolor indescriptible. Pero día a día busca fuerza desde el fondo de su ser para seguir de pie y luchar por sus otros dos hijos, Hernán y Rocío.

“Lamentablemente es una fecha dolorosa. Primero nos tocó el día de la madre, luego las fiestas, posteriormente el cumpleaños de Maru y ahora este día. No la tengo más, pero están mis otros dos chicos por los cuales tengo que aportar y sacar fuerzas de donde no tengo para poder seguir viviendo”.

Para Hugo y su esposa, “el dolor, la angustia, la desazón que uno tiene es inmenso. Quisiera aprovechar esta oportunidad para saludar a todos los papás y especialmente a aquellos que están pasando por situaciones como la nuestra”.

“A veces pienso que si mi hija se hubiese ido por alguna enfermedad tal vez la resignación hubiese llegado más rápido. Pero no con una situación así, donde hubo una actitud delictiva, porque después de chocarla y abandonarla volvieron a buscar el paragolpes del auto que habían roto y donde estaba la matrícula”, expresa con profundo pesar.

Indignado, Hugo piensa que la Justicia ha trabajado prácticamente para el victimario y su familia y no para ellos que perdieron una hija. “Sinceramente no entiendo el accionar, me gustaría que alguna vez la Justicia se ponga los pantalones largos y trabaje para la víctima y su familia. A mi hija nadie le brindó seguridad”.

“Nosotros fuimos padres presentes, siempre estuvimos, la acompañamos a todos lados, entonces me pregunto, de qué sirve educar tanto a un hijo en valores, responsabilidad, dignidad, sentido común, si después viene alguien y te lo arranca de la tierra como si se creyera un dios”, manifiesta Ellena.

Todos los días, después de trabajar pasa por el cementerio y visita la tumba de su hija, como una forma de tenerla cerca. “Me siento en la obligación de ir, tal vez para algunos sea una tontería pero me siento bien estando ahí. Le cambio el agua a los floreros, miro que esté todo ordenadito. El día que no voy tengo un dolor en el pecho porque pienso que la tengo acá y no voy a verla”, dice mientras se le llenan los ojos de lágrimas.

Para la familia Ellena no será un Día del Padre feliz, pero de todas formas, Hugo aprovechó la oportunidad para pedir a todos los padres que sean responsables con sus hijos, que los eduquen en el respeto hacia los demás. “Traten de cuidar a sus hijos de todas las formas posibles. Esto tan difícil de sobrellevar, no se lo deseo a nadie”, finalizó.