Ocho allanamientos realizó la Policía el viernes tratando de encontrar a quienes balearon a Adrián Cravero, el joven de 32 años que trabaja para la firma que distribuye Coca Cola en nuestra ciudad, el día jueves en barrio La Florida, mientras arribaba a una carnicería.

Tres de los procedimientos fueron en San Francisco y los restantes en Frontera y sus alrededores. En uno de ellos, alrededor de las 6 de la mañana, los uniformados ingresaron a la vivienda de la familia Lerda en Villa Josefina y detuvieron a un joven de 17 años, quien se encontraba durmiendo.

Cravero recibió un disparo a quemarropa el jueves cerca de las 9, cuando intentó que los delincuentes dejaran la motocicleta y la recaudación que acababan de sustraerle. El hecho se produjo en calle Resistencia al 350, frente a una carnicería conocida como Dos Hermanos. Allí había arribado el vendedor cuando los menores de edad, que se conducían en una motocicleta de 125 cilindradas, lo asaltaron punta de pistola e hirieron de gravedad.

Aparentemente, cuando los malhechores se llevaban el rodado y la recaudación del vendedor, Cravero habría reaccionado intentando evitar que huyan. Fue así que se abalanzó sobre los ladrones intentando tirarlos al piso. Sin embargo, uno de ellos –sería Lerda- le efectuó un disparo a la altura del abdomen. Inmediatamente un joven del lugar, al ver lo sucedido, levantó a Adrián de la calle y como pudo lo llevó en su moto hasta el hospital.

El otro menor

El acompañante del joven de 17 años tendría 13, y estaría identificado. Según fuentes policiales, ayer no descartaban que sea entregado por la propia familia para ponerlo a disposición del Juzgado de Menores.

Por su parte, Lerda tiene antecedentes policiales pese a su corta edad. Y su última participación en un hecho delictivo habría sido el pasado sábado en barrio San Cayetano. Ahora está detenido a disposición de la Justicia por la supuesta comisión del delito de robo calificado y fue trasladado al Complejo Esperanza en la ciudad de Córdoba donde quedará alojado.

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Vendedores y repartidores se unen para pedir seguridad

Lo que le pasó el jueves a Adrián Cravero, no pasará inadvertido como los demás robos que sufren a diario repartidores, vendedores y cobradores, entre otros, que pasan mucho tiempo en la calle cumpliendo sus labores. Es que lo de Cravero fue muy grave ya que según palabras de Mario Vignolo, director del Hospital Iturraspe, el “gringo”, como lo llaman, estuvo a “milímetros de la muerte”, en referencia a donde ingresó la bala que le dispararon.

Por este motivo, este rubro de trabajadores, tanto de nuestra ciudad como la de Frontera, se organizó para salir a la calle la próxima semana y reclamar seguridad. La idea es hacerlo el próximo jueves 9 de abril, desde las 21 horas, en plaza Cívica. A la vez participan a toda la comunidad.

“No podemos esperar que la muerte de alguien suceda para hacer algo, el momento es ahora”, manifestó Gonzalo, quien se puso al frente de la movida. Según el trabajador “todos los días es hablar con un vendedor que te dice ´me robaron`, ´me quisieron robar`, ´me tuve que escapar` o ´me golpearon`”, graficando la gravedad del caso.

Cabe recordar, que en el mes de febrero, repartidores de distintas firmas consultados por El Periódico coincidían en que la situación estaba “difícil” respecto a la inseguridad que se vive en la calle, haciendo hincapié en tres o cuatro barrios.

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Adrián evoluciona lentamente

Cravero, casado y padre de dos niñas, fue intervenido el mismo jueves en el Hospital Iturraspe. La bala le provocó la perforación de algunos órganos, entre ellos el intestino y el colon. Según indicaron sus familiares, evoluciona lentamente y hasta ayer se encontraba sedado.

“Estuvo a milímetros de la muerte”, dijo el director del Hospital, Mario Vignolo sobre la herida de bala que recibió el joven. Agregó también que “no tuvo daño vascular, su vida estuvo en riesgo pero no fue una urgencia en la que podría haber muerto de forma instantánea. La cirugía fue exitosa. Esperemos que no tenga secuelas.”, completó el médico, y agregó que “los cirujanos del hospital son personas habituadas lamentablemente a esto”.

Por su parte, Liliana Jappert, madre de Adrián, indicó que cuando la llamaron para darle la noticia pensó que era una broma. Luego afirmó: “Esto nos cambió la vida a todos, no sé si iremos a vivir con miedo o le vamos a poder hacer frente”. 

Jappert indicó además que los médicos le dan expectativas a la familia sobre la salud de su hijo: “No se lo merecía, sabemos que va a salir pero no es fácil verlo en ese estado”, expresó.