La muerte de la modelo y actriz Silvina Luna conmueve a gran parte del país. Falleció este jueves como consecuencia de graves problemas de salud que le ocasionó una cirugía estética, llevada adelante por el médico Aníbal Lotocki, que fue condenado por mala praxis.

En nuestra ciudad hay un antecedente similar y doloroso: la muerte de Solange Magnano, ocurrida en 2009. La modelo de San Francisco y miss Argentina falleció a los 38 años, en diciembre de ese año, luego de ser intervenida en la zona de los glúteos, zona en que casualmente le inyectaron la misma sustancia que a Luna: metacrilato.

La expareja de Magnano, Gustavo Rosso, recordó lo ocurrido en La Mañana de El Periódico.

Más allá de que uno lo va superando y va siguiendo adelante, siempre está el recuerdo y ha sido parte de mi vida y ha sido parte de la lucha que hemos tenido todos estos años para poner un poquito de justicia con estos asesinos del bisturí, la doctora Portnoy, que asesinó a Solange y este médico que asesina a Silvina Luna”, comenzó.

Rosso recordó que la intervención de Silvina Luna fue dos años después de la de Solange pero insistió en las similitudes entre los casos y dijo: "Hay muchísimas modelos que hoy lamentablemente están pasando por lo mismo y es una cuestión de tiempo que lamentablemente lleguen a este destino tan doloroso. Solange sufrió tres días. Esta chica tuvo que sufrir años. Pero el destino es el mismo”.

Seguidamente, se refirió al caso particular de Solange: “En el caso de Silvina fue metacrilato en grandes cantidades. En el caso de Solange fue metacrilato pero aparte silicona líquida. Por eso el aceleramiento de su agonía y su muerte, solamente en tres días, por el hecho de que la silicona líquida es más invasiva, más rápida que el metacrilato, igual de mortal”.

“El metacrilato puesto en pequeñas cantidades para pequeñas líneas de la cara, es inofensivo, pero cuando estos asesinos la colocan en grandes cantidades se convierte en un arma mortal, que en corto o mediano plazo, y con una muerte dolorosísima, termina dándose ese final", agregó.

Rosso dejó en claro que en muchos casos quienes se hacen estas intervenciones no conocen sus peligros, sino que confían en los profesionales que, en muchas oportunidades, omiten hablar de las consecuencias. 

Seguidamente, reconoció que los patrones de belleza existen, pero ejemplificó: “Yo hago carreras de larga distancia y compro suplementos dietarios para poder aguantar las carreras. Yo infiero que lo que me están vendiendo es bueno para la salud, no estoy comprando algo y luego muero porque tenía veneno. Una persona cuando va al oculista le recetan un lente de contacto de la mejor marca; después si te colocan otra cosa te están estafando. Acá hay una estafa que nada más y nada menos te lleva a la muerte”.

"Tanto Silvina como Solange eran personas cuyo trabajo, más allá de su capacidad intelectual y sus formas de vivir la vida, era tener ciertos cánones estéticos para estar en los lugares en los que estaban. Y uno lo trata de alargar lo máximo posible dentro de lo que te están diciendo que es saludable, con médicos certificados y matriculados. Lo otro es un asesinato", aseveró.

Sin justicia

Consultado por qué cree que siguen sucediendo casos similares, sostuvo que tiene que ver con la falta de justicia. “Viví una pesadilla y peleé años hasta que se llegó a la justicia. Y cuando llegó la justicia fue irrisoria. Son causas en las que terminan siendo culpables, penalmente, pero las condenas no son más de tres a cuatro años de prisión, y son excarcelables. Esta gente sigue su vida normal. No existe una verdadera justicia. Hay un beneficio que se tiene económicamente con esto y las penas que hay no son un problema. Y continúan haciéndolo”, opinó.

En cuanto a cómo vive estos días, enterado de otro caso similar que termina en muerte, y cómo lo afecta, dijo: “Bronca, bronca de haber peleado desde el 2009 hasta el 2015 para que se haga justicia, una justicia que es lenta, una justicia que da penas que son irrisorias. Mientras no tengamos una justicia que le duela al que hace esto, no tiene sentido".

“Si la Justicia no es rápida, si la Justicia no es dura, esta gente, estos asesinos van a seguir caminando por la calle”, cerró.