El caso Silvina Luna conmueve al mundo del espectáculo y a gran parte del país. Según lo entiende el entorno de la modelo, y un jurado de Buenos Aires que condenó a cuatro años al médico Aníbal Lotocki por mala praxis, una cirugía estética le complicó su estado de salud y hoy se encuentra grave, a la espera de un trasplante de riñón para seguir viviendo.

Nuestra ciudad no está exenta de estos tristes y dolorosos episodios. Solange Magnano (2009) y Shiley Pauilino (2011), son dos mujeres de San Francisco que perdieron su vida (Paulino quedó en coma vigil) luego de intervenciones estéticas provocando una profunda consternación en la ciudad. Incluso una de ellas con una operación similar a la que se sometió la ex Gran Hermano.

La modelo de San Francisco y miss Argentina Solange Magnano (38) fallecía en diciembre de 2009, luego de ser intervenida en la zona de los glúteos, casualmente le inyectaron la misma sustancia que a Luna: metacrilato.

Cirugías letales: el caso Silvina Luna y el doloroso recuerdo de Solange y Shirley en San Francisco

Según reconstruyó la causa judicial, aquel día Solange se dirigió junto a su amiga Mónica Belotti al centro de estética de la doctora Mónica Portnoy, ubicado en el primer piso de la avenida Cabildo 1183 de Capital Federal. Según relató Belotti, Solange iba a someterse a una gluteoplastía por lo que luego de acompañarla ella se retiró ya que ambas creían que se trataba de una operación sencilla.

Horas después, la amiga de la víctima recibió una llamada desde el centro de estética en la que le avisaron que la operación se había complicado porque Magnano se había descompensado. Luego le comunicaron que la modelo había sido derivada al hospital Fernández.

Belotti agregó que luego de ser atendida en el Fernández, la modelo que fue Miss Argentina y compitió por Miss Universo fue trasladada a una clínica de Avellaneda, donde finalmente murió tres días después. Estaba acompañada por sus familiares, entre ellos su esposo Gustavo Rosso.

Solange estaba casada y era madre de dos chicos. Abrió en el 2007 una escuela de modelos en San Francisco, llamada Actitud Models. La top model fue Miss Argentina en 1994, tras una exitosa carrera profesional en Europa volvió a San Francisco y era una de las modelos preferidas del diseñador Roberto Piazza.

Cirugías letales: el caso Silvina Luna y el doloroso recuerdo de Solange y Shirley en San Francisco

A la mujer de San Francisco le inyectaron polimetilmetacrilato, y -engañada por la médica, aunque no llegó a saberlo, también silicona líquida-, comenzó a sentirse mal y llamó a su marido para contarle. Inmediatamente la internaron en el Hospital Fernández y luego fue derivada al Sanatorio Itoiz, de Avellaneda, donde entró directamente a terapia intensiva.

La médica Mónica Portnoy fue demandada por Rosso, la causa penal llegó a juicio abreviado y el 2 de julio de 2013 el Tribunal Oral Criminal Nº 11 la condenó a dos años de prisión en suspenso y cinco años de inhabilitación profesional, tras declararse culpable del homicidio culposo. Además, por la causa civil, la médica tuvo que pagar un resarcimiento.

Shirley

Menos de dos años después, el 4 de julio de 2011, Shirley Paulino entró en estado coma luego de someterse a una cirugía estética porque se le había encapsulado una prótesis mamaria. La intervención estuvo a cargo del médico cirujano Marcelo Brosutti.

En medio de la intervención, Shirley sufrió un paro cardio-respiratorio. Según la investigación de la Justicia, aparentemente la falta de oxígeno ocasionada por el paro se extendió por cuatro minutos, lo que dejó al cerebro sin irrigación, derivando en un coma vigil.

La mujer nunca se recuperó y el desenlace fue el más doloroso para la ciudad, pero principalmente para la familia.

Cirugías letales: el caso Silvina Luna y el doloroso recuerdo de Solange y Shirley en San Francisco

En el plano judicial, una fuente judicial indicó a El Periódico que la familia de Shirley habría llegado a un acuerdo económico con el médico Marcelo Brossuti y el resto de los médicos que participaron de la cirugía.

Tras este trámite judicial, la familia haría resuelto dar por culminada la acción penal contra los profesionales.

Metacrilato: qué es

El polimetilmetacrilato es un plástico, conocido por las siglas PMMA. En medicina, se utiliza la resina de este plástico para la fabricación de prótesis óseas y dentales. También se usa para cubrir ciertos comprimidos con el objetivo de retardar la absorción de las drogas.

Desde hace un tiempo, es sabido que compuestos como el metacrilato, aunque también la silicona o la parafina, pueden provocar alteraciones graves -tempranas o tardías-, especialmente de la función renal.

Riesgos del metacrilato​

Entre las causas, un estudio destaca que las complicaciones por inyección con metacrilato pueden ocurrir cuando no se utilizan productos de calidad, por impericia o negligencia del profesional, por exceso en la aplicación del compuesto o por reacciones inmunológicas propias de cada paciente.

Se trata de una sustancia que únicamente está permitido aplicar en dosis mínimas (1ml) y solo si proviene de productos médicos con fines estéticos aprobados por ANMAT, explica el médico esteticista y cirujano plástico y reconstructivo Fernando Felice.

Felice explica que, por estos motivos, no es el tratamiento adecuado para esa área del cuerpo: “El relleno de metacrilato que se utiliza con fines estéticos viene en jeringas de 1 centímetro cúbico, y se vende con fines estéticos, o sea que si uno quisiera rellenar un glúteo, por ejemplo, necesitaría mínimo 100 jeringas de cada lado".

Y continúa: "Pero tampoco es el relleno ideal para una estructura blanda como lo es un glúteo, formado por piel, grasa y músculo. No se puede colocar un relleno de polimetilmetacrilato, que al fin y al cabo no deja de ser un acrílico, un plástico duro, no está indicado para relleno glúteo”.

Lamentablemente, reflexiona, estas sustancias se continúan aplicando o inyectando en dosis tóxicas para el organismo, o en indicaciones no autorizadas por ANMAT.

“Muchos médicos utilizan estos productos, aunque saben que están prohibidos por los perjuicios que generan. El motivo es que su costo es muchísimo más bajo que aquellos aprobados por las entidades sanitarias como ANMAT y FDA, y prefieren poner en peligro la salud de los pacientes, por el sólo hecho de obtener mayor rentabilidad”, manifiesta Felice.

Fuentes: Con información de Infobae y Clarín