En San Francisco “hay falta de conciencia aseguradora”. La respuesta surge al unísono de parte de las compañías de seguros que confirman que un porcentaje importante de los conductores de automóviles no tiene al día o directamente dio de baja su póliza, algo que pide expresamente la Ley Nacional de Tránsito. Ni hablar de los motociclistas.

Claro que no se debe dejar de lado el contexto económico que se vive y que, como pasa con otros servicios, tener un seguro cuesta una tarifa mensual que se va actualizando y que a muchos se les hace difícil afrontar.

Al convertirse en algo notorio, la Secretaría de Gobierno que lidera Damián Bernarte decidió reforzar los controles vehiculares en las últimas semanas en este punto, incluyendo a los automovilistas a quienes se les exige tener su póliza al día, entre otra documentación. Caso contrario, se produce el secuestro del vehículo. 

El servicio más básico para los automotores es el de responsabilidad civil, el cual es obligatorio para circular. Puede valer desde los 1200 pesos en adelante.

Sin póliza

El Periódico consultó a tres empresas aseguradoras de la ciudad sobre este escenario, quienes estimaron que un 30% de los clientes bajaron de alguna manera los costos mensuales que pagan por su cobertura o directamente no renovaron su póliza condicionados por la billetera.

José Lozano, de Río Uruguay Seguros, confirmó que este escenario en la ciudad: “Hay gente circulando sin seguro o con su seguro vencido en el pago. Sin embargo, en estos momentos de crisis económica es cuando la gente más debe estar asegurada porque ante un siniestro la pérdida económica sería más difícil de afrontar”.

Lozano remarca que la cultura aseguradora argentina “no está desarrollada y mucha gente en momentos de crisis recorta gastos en cosas que no se ven, aunque sean importantes”.

De acuerdo a su experiencia, resaltó que tuvieron casos de asegurados que, cumpliendo con sus obligaciones, se vieron involucrados en siniestros sin responsabilidad y donde el tercero que participó no tenía ningún seguro. Esto provocó que algunos clientes suban la categoría y se cubran ante “todo riesgo” para reparar su unidad aun en caso de que no sea el responsable del choque.

Desde las agencias notan una polarización. La clase media y los sectores más humildes deciden bajar sus coberturas, y aquellos con mayor poder adquisitivo, por el contrario, las aumenta. Estos últimos prefieren pagar más y que frente a un problema se haga cargo la compañía, a que sean ellos los que corran con los gastos del algún imprevisto.

El impacto de la pandemia

La licenciada Romina Scotta, de Scotta y Asociados- La Segunda Seguros, ratificó este concepto de la falta de “cultura aseguradora” en la ciudad y señaló que la pandemia tuvo mucho que ver con el escenario actual: “Desde que comenzó la cuarentena en marzo del 2020, un 15 por ciento de los asociados pidió bajar sus coberturas, o sea continuaron con el seguro pero se pasaron a planes inferiores. Y de ese mes a octubre, por ejemplo, sólo un 5 por ciento anuló sus pólizas. Luego empezó a recuperarse”, añadió.

Durante el transcurso de este año, Scotta remarcó que se incrementaron los siniestros viales y una de las sorpresas fue que en muchos casos los terceros que participaron no contaban con cobertura: “No solo se daba por caducidad por la cuota impaga, sino que es algo mucho más alarmante ya que ni siquiera lo habían contratado”, explicó.

Desde RB Seguros también recalcaron que el escenario se agravó con la pandemia: “Cambiaron los hábitos de la gente en general. Hay una voluntad por un lado de pagar, pero una imposibilidad por el otro de hacerlo. La gente se ha quedado sin poder adquisitivo”, reconocieron.

Por otra parte, de esta empresa indicaron que hay personas que no dieron de baja la póliza pero tampoco la abonan al día, lo que en la práctica ante un siniestro vial no les otorga ninguna cobertura: “No existe conciencia aseguradora, no tenemos como sociedad un concepto de seguro, hay gente que pregunta todavía si para la moto es obligatorio tener póliza. Hay otra que piensa que es lo mismo tenerlo o no tenerlo”, concluyeron.


QUÉ DOCUMENTACIÓN LLEVAR ARRIBA DEL AUTO

Además de la póliza de seguros al día (presentada en formato digital o papel), se debe tener la licencia de conducir actualizada y el título de propiedad o “tarjeta verde” en original o copia certificada. Aunque se puede solicitar comprobantes del pago del impuesto automotor municipal, según establece la legislación, se explicó que no es un requisito para circular.

¿CUÁL ES LA MULTA POR NO TENER PÓLIZA DE SEGURO?

Según el Código de Faltas de San Francisco, quien no acredite la vigencia del seguro obligatorio será sancionado con multa, cuyo importe se fija en 20 Unidades de Multa (que equivale al costo del litro de nafta de mayor octanaje que hoy se encuentra en $114,50) y en caso de reincidencia puede llegar a 200 UM. Es decir que se puede pagar por esta infracción desde $2.290 hasta $22.900.