Solo en la Argentina actualmente se generan 1,1 kilos de residuos sólidos urbanos por persona por día, lo que representa 14 millones de toneladas anuales, de las cuales distintas entidades que trabajan en el tema estiman que casi la mitad terminan en basurales a cielo abierto.

Mientras tanto, en los primeros 10 meses de 2021, en Córdoba llegaron al predio de enterramiento un promedio de 68 mil toneladas mensuales de basura. Unas 11 mil toneladas más que el año pasado. Con la recuperación de la actividad económica y social se reactivó la producción de basura.

En nuestra ciudad, a mediados de 2020, la empresa que presta el servicio de recolección en San Francisco, Ashira S.A, ya había advertido también un aumento en la generación de residuos sólidos urbanos de un 30% más que épocas anteriores. Números que apenas disminuyeron en la actualidad.

Actualmente, el desafío del país y la ciudad radica en lograr una mayor concientización a la hora de generar y disponer de los desechos y comprometer al vecino no solo en una separación domiciliaria de residuos sino también, en una reducción de los mismos.

A esto apunta la flamante ingeniera ambiental, graduada de la Universidad Nacional de Córdoba, Valentina Novena, para la cual lograr que no siga creciendo la generación de residuos “tiene que haber un cambio en los hábitos y un compromiso del vecino”.

La basura tiene su tratamiento en la región, pero es una deuda en la ciudad

Gestión integral de residuos

La gestión integral es un sistema de manejo de los residuos sólidos urbanos (RSU) que tiene como objetivo la reducción de los residuos enviados a disposición final.

“Es lo que actualmente se debería llevar a cabo en la mayoría de los municipios del país pero no sucede. Esta gestión lo que busca es hacer responsables a los vecinos tanto individual como socialmente de los residuos que se generan en el domicilio”, remarcó la ingeniera ambiental.

“En San Francisco -prosiguió-, la población va en crecimiento, lo que viene acompañado de un mayor consumo y de un aumento en la generación de residuos. Actualmente los desechos domiciliarios van a lo que es un vertedero o lo que se llama comúnmente como relleno sanitario, pero lo que sucede, es que termina funcionando como basural a cielo abierto con lo cual genera grandes problemas sociales y ambientales”.

En este sentido analizó que, estadísticamente, las cantidades de residuos que se generan corresponden a un 50 por ciento de residuos orgánicos, un 25% pueden ser reciclables y otro 25% no recuperables.

Por este motivo, insistió en que “hay ciertas técnicas que nos permiten poner nuestro granito de arena individual ante lo que es la generación de residuos, en este sentido existen métodos como el compost hogareño y los ecoladrillos”.

Compost en casa

El compostaje es una técnica de tratamiento de residuos húmedos, orgánicos o biodegradables. En pocas palabras, se trata de la transformación de dichos desechos en material valioso para la nutrición del suelo.

“Cómo podemos hacer compost, en caso que tengamos disposición, lo podemos hacer en un agujero en el suelo, en tachos, baldes o composteras comerciales que pueden adquirirse en el mercado, en caso de aquellas personas que residan en departamentos”, explicó.

Con respecto a lo que se puede compostar la ingeniera enumeró: restos de frutas, verduras, semillas, café, té, servilletas que no hayan tenido contacto con aceites, cualquier tipo de restos de cáscaras, pasto y hojas secas. Lo que no se puede colocar son comidas elaboradas, restos de carnes, huesos, excrementos de animales ni harinas.

“A la hora de hacer el compost-expuso- se deben realizar capas, por ejemplo comenzamos con capas de restos orgánicos que desparramamos sobre el pozo o el fondo de la compostera y luego se le cocola otra capa de elementos secos: pasto, hojas secas, aserrín, virutas que nos ayuden a equilibrar toda la humedad que aportan los residuos orgánicos. Así se van formando diferentes capas y lo que se recomienda es que una vez a la semana se remuevan los materiales para generar la oxigenación de los materiales”.

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Cuestiones a tener en cuenta

La temperatura y la humedad son factores a tener en cuenta a la hora de que los microorganismos que están en el suelo puedan generar las reacciones correspondientes para degradar los materiales que se fueron colocando.

“El resultado del compost será que se producirá tierra abonada, que es un sustrato negro que de esa forma detectamos que el compost se ha realizado y lo podemos utilizar en plantas de nuestro hogar, muchas veces genera grandes cantidades de tierra y podemos embolsarla y venderla en algunos casos o entregarla a familiares”, indicó Novena. Para quien se trata de “una técnica muy sencilla y casera en la que podemos generar un impacto positivo sobre el ambiente, haciéndonos responsables de los residuos que estamos generando”.

Luego advirtió: “Las cosas que suelen fallar en un compost, que hacen que no esté funcionando y que no se genere la tierra sana, se producen cuando algunas de las variables como el PH, la humedad, la temperatura y el oxigeno que puedan estar desequilibrados. Debemos tener en cuenta que cuando incorporamos cáscaras de cítricos como naranja o limón, pueden afectar el PH de la tierra. O al estar expuesto al sol se reseque mucho y necesite que se riegue cada tanto, como también tapar el pozo cuando las temperaturas son altas”.

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Mitos sobre el compost

Valentina enumeró algunos mitos que existen alrededor de la realización del compost hogareño: como que pueden generar malos olores, atraer insectos o roedores y que necesita de lombrices.

“Se cree que el compost puede generar malos olores porque tiene materiales orgánicos y en descomposición, pero la verdad es que si está hecho correctamente y se le realizan cuidados mínimos, no debería generar olor ni atraer insectos. Si eso pasa, hay que revisar las variables que hemos enumerado. Si bien el cuidado es mínimo, debe estar presente”, sostuvo.

Y luego agregó: “Y no necesitamos de lombrices, el proceso se da naturalmente porque ya hay otros microorganismos en el suelo. Las lombrices pueden ayudar a acelerar el proceso pero no son necesarias”.

Luego estimó que el tiempo para ver el sustrato que genera el compost se de entre tres a seis meses.

Ecoladrillos

Los ecoladrillos son otra forma en la que el vecino puedo participar con responsabilidad social en la reducción de los residuos.  En este caso, esta práctica sustentable, no sólo se evita producir más basura, sino que se puede utilizar en futuras construcciones.

Es la combinación de dos tipos de desechos que producimos en el hogar: las botellas PET y los envoltorios plásticos. No se trata de un proceso engorroso de reciclaje: como los productos no se transforman sino que son reutilizados. El ecoladrillo le da nuevo uso a todo lo que ponemos dentro de la botella: bolsas de nylon, celofanes y papeles muy plastificados

“Se puede realizar en una botella plástica vacía de cualquier tamaño y se la rellena con plásticos blandos de solo uso. Es importante cortar los plásticos y terner algún elemento para compactarlos dentro de la botella”, subrayó Novena.

Una vez que el material esté bien compactado y cuando ya no entre nada más, se debe tarar la botella y guardarla para llevarla a algún centro que las reciba.

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En San Francisco, al momento, la cooperativa Reciclando Conciencia de barrio La Milka -Catamarca 3680- recibe los ecoladrillos.

Por último, la ingeniera ambiental insistió en una separación diferenciada de residuos en casa para colaborar en el destino del residuo que fue generado, sin embargo, el municipio todavía no tiene una política clara sobre la recolección y el tratamiento para los residuos y es todavía una deuda pendiente en San Francisco.