El equipo de rugby Los Caranchos, compuesto por internos del Servicio Penitenciario de San Francisco, se prepara para volver a la competencia. En esta ocasión, este miércoles viajarán a la ciudad de Córdoba para disputar encuentros amistosos contra otros equipos de similares características.

En la unidad penitenciaria de Bouwer se enfrentará con Los Leones de Judá, de la prisión de Cruz del Eje; Las Águilas del Imperio, de Río Cuarto, y Ruaj, de la Capital.

Previo a este evento, El Periódico visitó la Unidad Penitenciaria nº 7 de San Francisco para conocer cómo se están preparando los jugadores y los entrenadores. Para dicho grupo significa mucho más que un juego, porque el proyecto Los Caranchos va más allá del deporte: su objetivo principal es inculcar la filosofía y los valores del rugby a los internos, brindándoles una herramienta para su reinserción social.

Sergio Maldonado (51), es el “profe” a cargo del grupo, jugó diez años al rugby en el San Francisco Rugby Club y luego se convirtió en referí. "El fin de este proyecto es inculcar la filosofía y los valores del rugby a esta gente que necesita y está carenciada de valores y nosotros traemos ese esa filosofía del deporte acá al servicio penitenciario", explicó.

Maldonado recordó que fue convocado en 2018 para dicho proyecto, cuya iniciativa surgió a partir del juez federal de San Francisco, Pablo Montesi -que también dedicó a este deporte-. En la actualidad, el DT se encuentra secundado por dos colaboradores más, Román Pérez y Carlos Mina.

San Francisco: Los Caranchos, el equipo de rugby de la cárcel, vuelve a competir

Retomar

Según comentó Maldonado, el proyecto estuvo parado por la pandemia y se retomó a mediados del 2023. Durante el año pasado, Los Caranchos volvieron a las prácticas y tuvieron algunos encuentros amistosos con equipos de San Francisco y Freyre.

Por su parte, el “profe” reconoció que continúa firme frente al proyecto por una “necesidad de devolverle a la sociedad algo, y en este caso es con un espacio que ellos necesitan y que les brinda esa sensación de libertad”, subrayó.

Los entrenamientos no solo se enfocan en la parte física y técnica del rugby, sino que también se trabaja en el desarrollo personal de los internos, aunque Sergio prefiere llamarles sus jugadores y trata de evitar las denominaciones negativas: "Lo que estamos buscando con ellos es que en cierta forma se inserten al a la vida social desde un deporte, con valores, con respeto y con el compañerismo", sostuvo.

Y agregó: “En sus historias tratamos de no meternos, las causas de por qué están presos. Nos enfocamos en lo deportivo, enseñamos la filosofía, que es un deporte de roce, de contacto, donde se debe tener temple, pero también donde se necesita ese segundo de calma y de pensar para no golpear y seguir jugando”.

Sergio Maldonado
Sergio Maldonado

“Disciplina y concentración”

Ezequiel (32) lleva dos años y 11 meses detenido en la cárcel de San Francisco y aunque aguarda por recibir la libertad condicional a fines de 2024, es uno de los integrantes de Los Caranchos que mañana viajará a la ciudad de Córdoba a jugar.

El hombre contó que practicaba el deporte de chico y que le gustaba, “esto acá adentro significa mucho para uno, porque lo ayuda a encontrar disciplina y concentración en algo bueno como es el deporte", admitió. Y luego, valoró que “hay una unión muy linda con los demás internos, es algo que me despeja, te abre la mente y es muy divertido también”.

Por último, señaló que para los encuentros del miércoles han trabajado duramente y que esperan dar muestras de buen juego y de crecimiento.

San Francisco: Los Caranchos, el equipo de rugby de la cárcel, vuelve a competir

Vale recordar que la cárcel de San Francisco se convirtió en su momento en la tercera unidad penitenciaria de la provincia de Córdoba en tener un equipo de rugby. El complejo de Bouwer fue pionero y le siguió el de Río Cuarto.

Dichos proyectos surgieron de una iniciativa de 2009 en el penal de San Martín en Buenos Aires, donde surgieron Los Espartanos. En la actualidad hay equipos en más de 40 establecimientos de todo el país y reúnen a unos 250 voluntarios.