La sala del Concejo Deliberante lucía el miércoles completa. Más de diez jóvenes estudiantes de la carrera de Abogacía se encontraban en el lugar para presenciar la sesión, como parte de un trabajo práctico solicitado por su docente.

El comienzo estaba previsto para las 11, pero los concejales recién aparecieron cerca del mediodía. Según explicaron estaban reunidos en comisión tratando algunos proyectos antes de llevarlos a la sala.

La vuelta de los ediles se produjo 20 días después de la anterior sesión, que fue el 23 de mayo pasado. Cabe destacar, que este año se decidió sesionar cada 15 días.

Mucho debate, pocos proyectos interesantes

Como de costumbre, las declaraciones de interés municipal invadieron el orden del día. Además hubo una seguidilla de proyectos relacionados al tránsito, por ejemplo, se prohibió el estacionamiento en calle Iturraspe costado sur, entre bulevar Buenos Aires y Aristóbulo del Valle en el horario de 7 a 14.

También se dispuso la colocación de reductores de velocidad en avenida 9 de Septiembre y Antártida Argentina.

El proyecto más interesante, aunque no es nada nuevo, es la autorización que le pidió el Departamento Ejecutivo al Concejo Deliberante para poder vender tierras de su dominio privado.

Cabe resaltar que el gobierno de Martín Llaryora recauda fondos económicos mediante la venta de inmuebles propios para depositarlo en una cuenta especial para comprar luego terrenos más grandes para futuros planes de viviendas.