Un ataque de palometas generó ayer diversas lesiones a más de 60 personas -siete de ellas niños- que se bañaban en un balneario de la zona norte de la ciudad de Rosario por las altas temperaturas que desde hace varios días soporta esa ciudad santafesina.

La situación sorprendió a la gente que se acercó al río para combatir el calor y también a los guardavidas y asistentes médicos que se encontraban en el paseo y balneario Rambla Catalunya, donde una niña de siete años sufrió la amputación de parte de un dedo mientras se bañaba.

Un día después del episodio, el interrogante pasa por saber cuáles fueron las razones que propiciaron el ataque. En ese sentido, los médicos y especialistas consultados coinciden en señalar al clima como uno de los motivos principales.

Ambientalistas señalaron que el calor que incentiva la actividad biológica de las especies y la bajante de la cuenca del Paraná (está más de un metro por debajo de su nivel habitual), crearían un escenario propicio para que esos peces naden y busquen alimento.

El director del Sistema Integrado de Emergencias de Rosario, Federico Cornier, contó que al momento del ataque había "9.000 bañistas" que estaban "reacios a salir del agua", pese a la presencia de una especie peligrosa: "Es un pez tipo piraña, grande, muy voraz y que tiene dientes afilados, con un gran poder de corte. Se ve que estaban con hambre y salieron a alimentarse", detalló en declaraciones a Radio Mitre.

Con respecto a las razones del ataque, el médico recordó que esta no es la primera vez que sucede algo así: "Cada tanto aparecen las palometas y, por lo que pude averiguar, se tienen que dar algunas condiciones climáticas para que estos peces vengan en cardumen hacia la orilla: el aumento de la temperatura del agua es una de ellas".

Por su parte, el médico veterinario Juan Enrique Romero ratificó que la palometa "es pariente de la piraña". "Su aparición, en principio, tiene que ver con determinado tipo de condiciones: el agua cálida y el movimiento de gente que se sumerge en el agua por un calor extra son generadores de condiciones naturales para que el animal esté en ese lugar y ataque", consideró.

El profesional apuntó que "como todo predador, este pez se ve atraído por la sangre". Y se mostró algo sorprendido por la falta de previsión: "Normalmente el lugareño sabe en qué bancos hay palometas y tiene claro que allí no hay que meterse".

Especialistas ambientales también deslizaron que la pesca indiscriminada podría haber alterado la cadena alimentaria y esto provocó que la palometa se multiplicara y saliera a comer "lo que encuentra".

Esta hipótesis no fue descartada por el doctor Romero, quien en declaraciones a Radio 10 señaló: "El predador natural de las palometas puede ser el dorado, pero hay escasez por las represas y por todas las modificaciones que ha hecho el ser humano".