“Si no me pasás más fotos, le cuento a tus padres lo que hiciste”…“si no me pasás el video, le muestro a tus padres la foto que me pasaste en ropa interior”…“si no venís a casa, le muestro a tu colegio el video que me pasaste sin ropa”. Esas suelen ser algunas de las extorsiones de los acosadores sexuales hacia los niños y adolescentes que atacan a través de las redes sociales.

Y aunque resulte llamativo, el especialista en grooming (el acoso sexual a niños, niñas y adolescentes en internet por un adulto) Gonzalo Castillo explica claramente que el error principal suele ser de los padres: “Muchos piensan que por haber educado bien a sus hijos, no serían capaz de ser engañados, extorsionadas o enviar imágenes íntimas a través de las redes sociales. No saben lo errados que pueden estar”.

El Periódico tuvo acceso a dos casos de grooming ocurridos en San Francisco, uno de los cuales es investigado por la Justicia, mientras que el otro fue detectado a tiempo por la madre de la menor.

“Al menos 1 de cada 10 niños es víctima de grooming, que por suerte no siempre llega a la instancia física. En San Francisco se dieron muchos casos, pero muy pocos salen a la luz o llegan a ser denunciados”, aseguró Castillo.

El docente relató (sin dar identidades para no exponer a las víctimas) las desagradables historias de abusadores que intentan atacar a menores. El objetivo: concientizar a los adultos que cualquier menor puede ser víctima de estos pervertidos.

Primer amor

Es una menor de 14 años. Como cualquier adolescente, transita su despertar sexual, por lo que tiene necesidades de conocer sobre el tema.

Decide contarles a sus padres sobre un chico que le gusta, que chateaban desde hace ya algunas semanas y que decidieron conocerse. Ellos -en un acto normal, propio de tener un hijo adolescente- permiten que ocurra el encuentro, pero no dejan de advertirle de los posibles riesgos que supone conocer alguien por internet y tener una cita, por más que el encuentro sea en una plaza pública de la ciudad y de día.

Era un día de semana, soleado, por la tarde, donde había personas haciendo deporte, algunos con sus mascotas, otros tomando mate. Los padres habían acompañado a la menor al encuentro y habían convocado a un par de 'asistentes' que se encontraban ocultos entre la gente. La adolescente se sienta en un banco de tablones de madera a esperar su amigo; llena de ilusión por conocerlo después de tantas charlas amenas y fotos intercambiadas. Era un chico de su edad, hacía deporte y eran bien parecido. Compartían gustos musicales y entre tantos chats, él la escuchaba cuando le contaba todos sus miedos de adolescente, él la entendía.

Habían pasado varios minutos mientras esperaba sentada hasta que se acerca un adulto entre 30 y 40 años.

Gonzalo Castillo, docente y programador que brinda charlas para concientizar sobre el grooming.
Gonzalo Castillo, docente y programador que brinda charlas para concientizar sobre el grooming.

—Hola, yo soy el hermano mayor de Joaquín y me dijo que pase a buscarte. Joa fue a la panadería a comprar algo para el mate, ¿Me acompañás? — Esa fue su presentación, era un hombre muy amable que rápidamente inspiró confianza en la menor.

Al contrario de lo que un adulto piensa, la menor de edad accedió a la invitación cegada por la ilusión de conocer a Joaquín. En el preciso momento que realizan unos pocos metros, los padres junto a sus 'asistentes' logran interceptar al adulto inmovilizándolo contra el piso.

Esto generó una situación de shock para todos aquellos que estaban disfrutando en la plaza y desconcertó a la menor; que recién acababa de conocer al supuesto “hermano mayor de Joaquín”, el hermano de su posible primer amor. Su inocencia no le permitía ver más allá, no entendía el accionar de sus padres.

Ante semejante acto físico, permaneció inmóvil mientras los padres llamaban a la Policía. El adulto resultaba ser un pedófilo quien tenía un método efectivo para cumplir sus cometidos. Luego de ser apresado, la causa fue trasladada a la Justicia y todavía permanece abierta.

Amigos de clan

La segunda historia local es sobre otra niña, quien fue envuelta en otro tipo de engaño, pero por fortuna no llegó a ser de máxima gravedad gracias a su madre.

Fue interceptada en el chat de un videojuego por celular. Videojuegos que tienen salas de chat - todos los que tienen modalidad multijugador online tienen esta característica - donde los jugadores intercambian objetos o forman grupos para competir con otros grupos. Allí los acosadores se hacen amigos de los niños haciéndose pasar por uno - con un perfil falso - para luego cometer sus delitos sexuales.

La madre tiene mucha relación con su hija y habla abiertamente de todo lo que sucede en relación al uso de la tecnología.

Bajo esta tutela, nota que en uno de los videojuegos a su hija la contactaban por WhatsApp y al preguntarle cómo se había dado le responde: “Mis amigos del juego dicen que se organizan por WhatsApp”.

En caso que alguien haya pedido una fotografía a su hijo, deberá solicitar ayuda al 0800-222-1717, donde lo guiarán según la profundidad del caso. Otras medidas importantes son no borrar contenido de la computadora o teléfono celular.
En caso que alguien haya pedido una fotografía a su hijo, deberá solicitar ayuda al 0800-222-1717, donde lo guiarán según la profundidad del caso. Otras medidas importantes son no borrar contenido de la computadora o teléfono celular.

De esta forma, los acosadores ya habían podido salir del chat del videojuego hasta llegar al teléfono, por lo que el menor queda más expuesto. Ahora los nuevos amigos -donde posiblemente puede haber un acosador- tienen el número de teléfono para poder contactarse por privado.

La mayoría de videojuegos exitosos de la actualidad basan sus reglas de negocio en descargar el videojuego gratis de la tienda online para jugar limitadamente haciendo que el jugador se “enganche”. Una vez logrado el objetivo, para poder avanzar es necesario contar con ciertos ítems que requiera comprar o desbloquear mediante micro pagos con tarjeta de crédito.

Y aquí se presenta una oportunidad de seducción para los acosadores, ellos ofrecen comprar estos ítems con su tarjeta y obsequiárselo a la víctima a cambio de fotos en el grupo de WhatsApp.

“Y no es que nuestros hijos sean tontos y vayan a enviar fotos a la primera, es que estos degenerados tienen muy estudiado todo”, remarcó Castillo.

Cuentan con un perfil falso y se hacen pasar de la edad de la víctima, tanto en las fotos que envía como en la forma de escribir que sus víctimas.

Por fortuna esta madre logra darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Al hablar con su hija se entera que le estaban pidiendo una foto suya a cambio de recibir un ítem -pago- de la tienda del videojuego que juegan los del grupo de WhatsApp.

Así operan, les compran ítems a los menores que ellos obviamente no pueden pagar.

Muchos casos: falta prevención

-¿Qué herramientas o prevenciones pueden tener en cuenta los adultos?

-Herramientas como "Google Family Link” que es una aplicación gratuita, puede ser instalada en cualquier celular que tenga Android desde la Play Store. Con ésta, el adulto responsable podrá tomar control sobre el celular de su hijo de manera remota.

-¿Qué le recomienda a un padre que detecta que alguien está acosando o intentando acosar a su hijo?

Dialogar, evitar avergonzarlo o culparlo, para que pueda contar con sinceridad lo que le pasó. En caso que alguien haya pedido una fotografía a su hijo, deberá solicitar ayuda al 0800-222-1717, donde lo guiarán según la profundidad del caso. Otras medidas importantes son no borrar contenido de la computadora o teléfono celular. Guardar las conversaciones, las imágenes y los videos que el acosador y la víctima se enviaron porque sirven de prueba (si las imprime, mejor). Cambiar las claves de acceso a las redes sociales. Limitar la lista de contactos y configurar la privacidad en las redes sociales. En caso del acosador, no denunciarlo ni bloquearlo. Al ser bloqueado se pierde la información para hacer la investigación y el acosador puede crear un nuevo perfil y seguir acosando a otros niños, niñas y adolescentes. No amenazarlo ni enfrentarlo. Si lo hacen, se alejará de la víctima y será más difícil localizarlo. Lo más útil es reunir toda la información y hacer la denuncia en la Fiscalía más cercana.

-¿A qué edad cree que los niños podrían tener acceso a redes sociales?

-Las redes sociales no están diseñadas en principio para menores, es necesario activar el control parental en cada una de ellas para que filtre el contenido inapropiado según la edad. En el caso de Facebook, la edad mínima es de 14 años, y para TikTok, la edad mínima es de 13 años, e inclusive tiene que tener activo el control parental.

-¿Qué recomendás en estos casos?

-Recomiendo a los padres que busquen en internet "cómo activar filtros de Control Parental" de cualquier aplicación o web, Google, Netflix, YouTube, entre otras. Hay infinidad de tutoriales y aplicaciones para controlar el dispositivo móvil.

-¿Qué es el control parental y cómo se implementa?

Son un conjunto de herramientas que tienen las aplicaciones para poder filtrar el contenido que ve el menor. Se puede por ejemplo en Fortnite desactivar las salas de chat (de texto y voz) para prevenir que hablen con extraños.

“Y no es que nuestros hijos sean tontos y vayan a enviar fotos a la primera, es que estos degenerados tienen muy estudiado todo”, remarcó Castillo.
“Y no es que nuestros hijos sean tontos y vayan a enviar fotos a la primera, es que estos degenerados tienen muy estudiado todo”, remarcó Castillo.

¿Cuáles son los errores más comunes de los padres que no creen que sus hijos pueden ser víctimas?

Pensar que por educarlos bien en algunas áreas es trasladable a todas las otras. Es decir, pensar que mi hijo no va a ser víctima es trasladarle la responsabilidad al menor de que tiene que saber cuidarse sólo en Internet. Por más bien educado que esté, hay que recordar que pueden toparse con adultos en cualquier lado, así es la red.

Cómo actúan los acosadores virtuales

El programador Castillo describió en cuatro etapas el accionar de los abusadores sexuales que operan a través de internet:

Primera etapa: los acosadores se hacen pasar por amigos dentro de un chat, ya sea un videojuego o YouTube (o cualquier plataforma de stream). Logra la confianza con la víctima haciéndose pasar por alguien de su edad, habla con los mismos modismos y tiene obviamente una identidad falsa.

Segunda etapa: logra establecer una relación más emocional ya sea por amistad (al compartir los mismos videojuegos) o también lograr enamorarlos en el caso de los preadolescentes y adolescentes.

Tercera etapa: empieza el hostigamiento y la extorsión al pedirle fotos de el niño o sus hermanitos, donde se ven envueltos en amenazas como “si no me pasás más fotos, le cuento a tus padres lo que hiciste”…“si no me pasás el video, le muestro a tus padres la foto que me pasaste en ropa interior”…“si no venís a casa, le muestro a tu colegio el video que me pasaste sin ropa”… Va subiendo gradualmente el hostigamiento al ir intercambiando desde fotos pequeñas e ingenuas hasta llegar a un video íntimo, subiendo el nivel de compromiso sexual hasta llegar a amenazas graves como exponerlos frente a todos sus amigos en las redes.

Etapa final: la víctima en algunos casos termina yendo a la casa del acosador y sufre el abuso. En este caso es el acosador el que le sugiere excusas para que la víctima le diga a sus padres con el fin de hacerse el tiempo para ir al encuentro. En pocas palabras, les enseña a evadir a los padres sin que lo noten por unas horas.

¿DÓNDE DENUNCIAR? Al 137 para asesoramiento o denuncias. También al 0800-222-1717.