El suboficial Darío Pettersen finalizó en estos días a una preparación bomberil en rescate acuático. El curso comenzó en el mes de junio y tuvo su corolario el pasado fin de semana, donde se realizó la entrega del certificado de buzo 1º estrella. En el marco de la capacitación asistieron 9 personas, siendo el único de San Francisco. 

Entre las actividades realizadas se destacó el primer paso “al buceo propiamente dicho” y en total fueron cinco clases que “fueron sólo fines de semana y un encuentro al mes”. 

Las dos primeras citaciones  se llevaron a cabo en la Federación Bomberos Voluntarios Provincia de Córdoba, con partes teóricas y prácticas. La tercera y cuarta clase fueron dictadas en la localidad de Cerro Pelado debido a que allí “hay un lago fundamental” para hacer las prácticas con el equipamiento pertinente.

Petterssen integra en el cuartel el departamento de buceo y rescate con cuerdas. El grupo está integrado además por Diego Gómez, Matías Bruna, Esteban Guisiano y tiene como colaboradores a Rafael Ferrero, Darío Río, Ivana Brunetto y Marcelo Gallegos. 

“Ambas secciones se unieron. Ahora, todos participamos de rescate en cuerdas y en acuáticos. Somos un solo equipo”, afirmó Pettersen. Además de ser miembro del cuerpo activo, el voluntario es profesor de educación física desde el año 2007 y dicta clases en el Instituto Superior FASTA Inmaculada Concepción. A su vez, debido a su oficio, tuvo experiencia en ser guardavidas en algunos clubes con pileta. 

Pettersen: el bombero buzo del cuartel local

¿De qué se trata? 

En cuanto al método de la disciplina, el entrevistado detalló que se acude al rescate acuático en el momento en que “sucede un acontecimiento en el agua, como por ejemplo cuando una persona cae a un lugar peligroso o es víctima de una inundación”. También añadió: “La asistencia incluye tanto a personas y animales”. 

La capacitación, según contó Petterssen, se basó en “ejercicios en piletas, mucha natación, manejo de herramientas necesarias, arrastre y sostenimiento de personas”. Asimismo, expresó que en Cerro Pelado, “las prácticas fueron con el equipo de buceo”. 

El bombero comentó además que el certificado “sólo habilita para bajar en profundidades de hasta 15 metros”, ya que en “una depresión más grande hay diferentes factores de mayor peligrosidad”. 

Señaló que el trabajo siempre se realiza de a dos personas, es por eso que en el curso se hizo hincapié en el armado del equipo, colocación de máscaras, reguladores, vestimenta y también en ciertas señas debajo del agua que hay que tener en cuenta porque son necesarias para la comunicación”.  

El suboficial destacó que hay que estar atentos a las tablas que indican “las velocidades y las profundidades” para las paradas que hay que realizar de descanso y para el ascenso a la superficie.   

Por otra parte, Petterssen comentó que otro tema fundamental de los buzos es su manejo de brújula o GPS. En consecuencia dijo: “Yo recién hice el primero, así que no tengo mucho conocimiento, recién haciendo los demás grados uno puede bajar a más profundidad y saber más cosas sobre el tema”. 

Por último, remarcó como importante el trabajo colaborativo en equipo y ejemplificó: “Se cae un auto en un lago de 20 metros de profundidad y hay que tener en cuenta que el tiempo de trabajo es muy poco. Entonces uno baja y observa la posición del auto, otro va y actúa diferente”.  

Pettersen: el bombero buzo del cuartel local

El cuartel local 

En cuanto a los trajes, el voluntario dijo que “son de neoprene” y tienen distintas medidas “según el frío del agua”. Pettersen además aclaró que la idea de capacitarse es para ir preparándose en “todo sentido” para este tipo de emergencias. Si bien en la zona de San Francisco aún no son considerables los casos de esta índole, es importante anexar el servicio de emergencia, porque según el entrevistado, “los cuarteles de regional colaboran y se ayudan mutuamente”. 

“Es por esto que si sucede un siniestro de rescate en una localidad cercana, acudirán los que tienen este tipo de capacitación”, remarcó.