Otras parejas que apostaron al amor a pesar de la edad

Conocido el caso de Tamara (27) y Tony (46), que a pesar de que se llevan 19 años apuestan al amor desde hace más de dos años, otras tres parejas de la ciudad contaron sus experiencias para dejar en claro que la diferencia de edad no es problema.

Uno de los casos es el de Gisela Galletto (20) y Carlos Canale (49), de novios desde octubre de 2017.

“Él vive a la vuelta de mi casa. En diciembre de 2015 lo conocí cuando nos ayudó a mi mamá y a mí con el tema de mi papá, que se encontraba enfermo. Él nos acompañó desde ese momento porque era amigo de mis padres, conociéndome desde muy chica a mí, y nunca dejó de brindarnos compañía y ayuda con la simple pregunta ‘¿necesitan algo?’. Luego en octubre de 2017 mi mamá se enfermó gravemente y tuve que optar por ir a vivir con él y su padre para no estar sola frente a esa circunstancia siendo yo tan joven, con el sentimiento de que se me venía el mundo encima”, comentó Gisela sobre el inicio de la relación.

La joven explicó que allí comenzó el acercamiento entre ambos: “Fue ahí en donde a pesar de todas las responsabilidad que me tocaban se me abrió la oportunidad, entre charlas y charlas, de expresarle lo que realmente sentía por él hacía un tiempo y  de darme cuenta que era amor verdadero”.

Gisela insiste en que “el amor no tiene edad”. “Es hermoso lo que vivimos, porque es verdadero. No hay que fijarse en el qué dirán, y ser felices, intentarlo, y así lo hicimos”, aseguró.

Y agregó: “Somos una pareja muy feliz. Me siento protegida y amada, ya que Carlos tiene un corazón enorme. Es un buen electricista de autos, cocinero, buen amigo, compañero. Me enamora cada día con pequeños detalles que lo hace para mí una gran personita. Pienso planear muchas cosas a futuro y dejar que el destino nos lleve a experiencias inolvidables y únicas juntos y acompañados de la mano, junto a Dios, al que le agradezco todo lo bueno que me da día a día”.

Para Virginia y Roberto, 31 años no son nada

Otro de los casos es el de Virginia Ribero (36) y Roberto Moya (67),  que salen desde el año 2000.

La feliz pareja se conoció en el año 2000, porque ella solía visitar a una amiga que vivía al lado de la casa de él (hoy la casa de ambos).

“Yo venía a la casa de una amiga a tomar mates y así lo conocí, como cualquier vecino que cruzaba la vereda. Desde el primer día que lo vi me enamoré. Yo en ese tiempo vendía productos Avon y le había comentado en aquel entonces a mi amiga que me gustaba. Entonces para poder acercarme le vine a vender productos Avon. Y entre librito y librito nos pusimos a conversar”, recordó Virginia.

No pasó mucho tiempo hasta que se fueron a vivir juntos, cuatro o cinco meses después. Tiempo después tendrían un hijo en común (Alejandro, hoy de 18 años) y poco después se mudaría con ellos María de los Ángeles, la hija de ella, que al momento de juntarse tenía dos años y se quedó a vivir con sus abuelos y que hoy ya tiene 21. “Cuando ensamblamos la familia, hicimos una sola, hace 19 años que estamos juntos”, reveló Virginia.

Sobre el secreto que los hace estar juntos, la mujer explicó que tiene que ver con “ir para adelante día a día” y acompañarse en todo momento.

“Siempre digo que Dios me lo mandó, porque me lo mandó en un momento clave de mi vida. Siempre que lo cuento me emociono, para mí es el mejor hombre que conocí, porque aparte de ser mi marido es compañero, es el mejor padre que le pude haber dado a mis hijos, es un hombre que trabaja todo el día, el es encargado en una fábrica, hace horario corrido, pero se da tiempo en época de escuela para revisar los cuadernos, estar presente para ir a las reuniones del colegio”, contó Virginia.

Y rememoró un momento muy importante de su vida. “Cuando yo me junté con él no tenía el secundario terminado y esa fue siempre una asignatura pendiente”, apuntó. Así fue que con el apoyo de su marido empezó sus estudios secundarios de cero y los finalizó con promedio 9.75, siendo abanderada. No conforme con ello, se anotó para estudiar en FASTA y hoy es Enfermera Profesional.

La diferencia de edad tampoco fue un problema para la pareja, aunque sí motivo frecuente de anécdotas. “Sin ir más lejos, hace dos o tres días vino un chico de esos que ofertan seguros para casa. Mi marido estaba trabajando al frente de casa así que lo atiendo. Y en medio de la conversación me dice ‘¿es su papá?’, ‘no, mi marido’. ¡El chico no sabía dónde meterse!. Así que le dije que se quedara tranquilo que ya estábamos acostumbrados. Porque con tanta diferencia de edad nos pasó siempre. Desde que tuvimos al nene que nos decían ‘el abuelo chocho con el nieto’. Y ahí era explicarles que no es el abuelo, sino que es mi marido”, contó Virginia.

Sobre el final, aseveró: “Los dos opinamos que si nos tuviéramos que volver a elegir, lo volveríamos a hacer. El amor que nos tenemos y la familia que formamos para mí es un regalo de Dios”.

Mónica y Luis no reniegan de los 17 años que se llevan

Otro de los casos es el de Mónica Colombo (57) y Luis José Zanón (74). La pareja se casó en julio de 2001 y desde esa fecha están juntos.

“Mi esposo era viudo y yo divorciada. Vivíamos a una cuadra de distancia. Nos conocíamos de vista cuando ambos estábamos casados y después el destino hizo su parte”, manifestó Mónica.

Para ella la diferencia de edad no importa porque tienen la misma forma de ser y de pensar. “De no ser así no me hubiese casado con él, porque con 40 años y una mala experiencia tuve en cuenta ese detalle. Es decir que aparte de la atracción física también debía haber una similitud en la forma de ser y actuar”, reveló.

A pesar de ello, Mónica reveló que en lo que no se parecen es en que él es extrovertido y ella bastante introvertida.

En cuanto a anécdotas, casi que no tienen. “Tal vez sea porque él representa algunos menos de sus 74”, reconoció la mujer.