“Muchas veces me preguntaron si yo era la hija”, cuenta entre risas Tamara Coz, que tiene 27 años y está en pareja con Tony Barain, de 46, desde hace más de dos años. Alejada de la ciudad, junto a su pareja -que trabaja en un Parque de Diversiones- recorre el país, aunque siempre se hace un tiempo para viajar a visitar a su familia.

Su historia de amor nació en nuestra ciudad allá por el 2016, por una amiga en común que los presentó.

“Van a hacer tres años en septiembre que salimos. Nos conocimos por una amiga, Laura. Ella y su marido son amigos de él, desde el primer año en que estuvo en San Francisco el Parque de Diversiones en el que él trabaja”, comienza Tamara.

Cuando el amor no se fija en la edad

Y continúa: “En 2016 volvió el Parque de Diversiones a San Francisco. Mi amiga se estaba escribiendo con él y yo de curiosa le pregunté quién era, porque me había llamado la atención su foto de perfil. Y me contó. Le dije que me parecía lindo y quedó ahí”.

Pero Tamara, que nunca había ido al parque porque “no le llamaba la atención”, fue para conocerlo. “Mi amiga me dijo que vayamos a conocerlo. Y de su parte le escribió a él diciéndole que le iba a presentar una amiga. Y ese día fuimos, lo conocí. Apenas nos vimos fue como dicen ‘amor a primera vista’. Nos vimos, nos gustamos y pegamos muy buena onda”, reconoce la joven.

Dejar la ciudad

Pero el Parque de Diversiones dejaba San Francisco y Tony y Tamara tenían que tomar una decisión. Tras verse todos los días, y antes de partir a Villa María, Tony la invitó a seguirlo.

“Me propuso seguir con la relación. Y a mí, que soy muy familiera, me costaba mucho separarme de mi familia. Así que lo pensé varios días pero le dije ‘sí, voy’. Dejé todo y me fui con él”, recuerda.

Cuando el amor no se fija en la edad

Anécdotas

Los 19 años que se llevan fueron motivo de numerosas anécdotas entre la pareja. “Muchas veces nos han preguntado si yo era la hija. O por ahí vamos caminando, de la mano, y las gente nos mira raro”, relata la joven.

Tamara agrega, también, que en una ocasión hasta llegaron a preguntarle, en un baile, si había ido con su papá. “Fue gracioso, no es la primera persona que me pregunta si es mi papá y yo la hija”, asegura.

De todas maneras, no es algo que los inquiete. “Él siempre cuando habla con alguien le dice que tiene dos hijas y que está criando a otra. Para nosotros es algo normal, nos reímos. Acá estamos, intentándolo. A mí no me afecta la diferencia de edad y yo creo que a él tampoco. Tenemos nuestras peleas como toda pareja, pero nos llevamos bastante bien y no nos importa lo que la gente piense”, apunta la joven.

Cuando el amor no se fija en la edad

Y cuenta que cuando está junto a él y sus dos hijas, de 14 y 21 años, suelen preguntarle a él si son sus hijas: “O por ahí estamos solas y nos preguntan si somos hermanas porque dicen que somos muy parecidas. Y yo les digo que no, que yo soy la tía Tami. Nos llevamos bastante bien”. 

Proyectos

Sobre el final, Tamara contó que apuestan a un futuro juntos. “Acá estamos, pensamos seguir juntos mucho tiempo más. Buscamos un hijo. Él me carga diciendo que él va a ser el abuelo y yo le digo que cuando sea más viejito los voy a cuidar a él y a mi mamá porque se llevan un año de diferencia”, concluyó bromeando.