Camila, la niña cuyo caso se convirtió en símbolo de la lucha por la ley de muerte digna, falleció ayer, a menos de un mes de sancionada la normativa.

“Camila pasó por este mundo y dejó derechos para todos", dijo Selva Herbón, la mamá.

Ayer, un equipo de médicos del Centro Gallego desconectó a la pequeña de 3 años, quien estaba en estado vegetativo desde que nació.

La familia había presentado el pedido formal de muerte digna el lunes pasado. Quisieron que nadie fuera avisado y que el procedimiento se realizara en absoluta intimidad, según publica Clarín.

Selva y Carlos, sus padres, decidieron no estar presentes en la sala en el momento de la desconexión, pero le pidieron a un íntimo amigo de la familia, Marcelo Velis, que los representara en ese momento.

“Para Selva fue un proceso de mucha lucha, de mucho llanto, mucha angustia. Reaccionó con llanto, con dolor, pero también con mucho alivio. Ahora va a poder terminar de elaborar el duelo que empezó hace tres años. Es una herida que irá cicatrizando con el tiempo”, dijo Velis a Clarín.

Los médicos se habían negado de manera reiterada a desconectar a la nena, hasta que su mamá recurrió a los medios para hacer pública la historia. En menos de un año, Selva logró que la muerte digna entrara en discusión para finalmente convertirse en ley.