"Considero positivamente que el voto deba ejercerse a partir de los 16 años, ya que por la experiencia laboral acumulada a lo largo de mi vida, dedicada a enseñar educación cívica e historia argentina, no coincido con los argumentos denostadores sobre la capacidad de nuestros jóvenes para discernir, debatir y comprometerse socialmente."

“Es necesario hacerse cargo de esos juicios y valoraciones -dice Borello - porque al subestimar a los jóvenes, considerarlos incapaces para discernir o votar, estamos hablando en realidad de lo poco que ha hecho la población adulta con la responsabilidad que tiene de formarlos, de hacerlos participar y crecer en el debate y la discusión sobre la realidad cotidiana."