Una joven sale del salón del centro vecinal de barrio Roque Sáenz Peña. Lleva consigo una sonrisa traviesa. Viene de estar charlando y ser sometida a la imposición de manos por parte del “padre” Daniel Rodríguez Vera. Le cuenta a quienes esperan afuera que cuando Vera apoyó las manos sobre su cabeza sintió un calor intenso y luego se terminó desvaneciendo.

Adentro hay un hombre calvo que también decide ponerse en manos de este “cura sanador” nacido en Bolivia, que vive en la localidad cordobesa de Bialet Massé, y cuya visita a San Francisco la semana pasada despertó polémica y cruces con la Iglesia local.

“Yo me levanté llorando después de la imposición de manos”, explica a EL PERIÓDICO Norma Busso, la sanfrancisqueña responsable de que Rodríguez Vera o el “padre Daniel”, como lo llama, desembarque en nuestra ciudad por tres días.

Agradecimiento

“Comencé a hacer viajes a modo de agradecimiento, con gente conocida, hasta que un día me avisó que venía. Estuvimos en un local de Frontera las primeras veces y hoy (por el martes último), como soy vecina del barrio Roque Sáenz Peña, me dieron este lugar”, continúa Busso, quien conoció a Daniel Rodríguez Vera hace más de un año.

“Me costó encontrarlo en las sierras. Cuando lo busqué tenía muchos problemas de salud, no tengo más cartílagos en mis rodillas. Tenía cuatro vertebras desplazadas y me costaba caminar”, cuenta.

La mujer dice que cuando encontró a Daniel se sorprendió: “Me encontré a esta persona muy humilde. Me emocioné apenas me invitó a entrar a la capilla, tuve mucha paz dentro de mí. Me hizo imposición de manos y estuve 45 minutos en el suelo. Cuando desperté lo primero que atiné fue a tomarme las caderas porque no sentía nada. En esa milésima de segundo lo busqué a mi hijo que estaba llorando. El padre me dijo lo que tenía y me dio soluciones”.

Busso sufre de diabetes, y la obesidad hace que sus rodillas se agravaban cada vez más. “No podía dormir bien por el dolor y rengueaba a caminar, y al día de hoy camino casi perfecta”, asegura.

Con papeles en mano

El sacerdote recibió a EL PERIÓDICO con varios papeles en su mano. “Tenemos nuestro estatuto de la Iglesia. Me consagré obispo el 3 de septiembre de 2011, tengo todo firmado por escribano”, aseguró este hijo de padre argentino y madre boliviana.

“Soy de la Iglesia Carismática Jesús Misericordioso y tengo una comunidad (donde además se recuperan jóvenes adictos) a cargo. Estoy afiliado a la filial número 3 de la Iglesia Cristiana Buen Pastor, que no es católica. Pero yo soy sacerdote”, agregó. Según sus palabras,estudió en Potosí en un seminario de la Iglesia Católica Apostólica Romana.

El método utilizado por Daniel es la imposición de manos: “Está en los versículos de la Biblia; Jesús imponía las manos sanando las dolencias de la gente”, indicó.

No es la primera vez que viene por estos lados, sin embargo ahora su llegada despertó polémica.

Es la quinta vez que vengo a San Francisco pero ahora se arma esta batahola. Lástima que el Obispado no venga a preguntarme a mí en persona, me ataca diciendo que soy un falso sacerdote pero yo pertenezco a otra iglesia, otra rama y tenemos un registro de culto nacional como pide la ley.

¿Por qué dice que lo persiguen?

Cuando uno junta gente la Iglesia Católica siempre lo va a perseguir. Ellos están perdiendo fieles. Ladran, Sancho, señal que cabalgamos

¿Dónde nota que la Iglesia oficial pierda fieles?

La gente me dice que va a sus parroquias a dialogar y el párroco les dice tal día no puedo, venga otro. La gente necesita que la escuchen, tanto para hablar de sus problemas personales o físicos. Mi misión es escucharlos y tratar de ayudar espiritualmente para que tengan una mejor calidad de vida.El tema es escuchar a la gente, ese es el problema de las demás iglesias, por eso la oficial pierde a sus fieles.

¿Cómo explica la imposición de manos?

Es un descanso personal que hace cada persona, no sé qué le pasa a cada uno pero sí te puedo decir que tenés que cuidarte de tal cosa. Yo aconsejo ir mucho al médico porque la sanación no viene sola. Aquí actúa la parte espiritual y también la medicina. Hay gente que no asume la enfermedad. Al no asumirla te enfermás más. Lo que hago en la parte espiritual es animarlo y en esa problemática mental se puede lograr la sanación.