-Me quiero anotar para hacer los cursos de capacitación. A mi hija y a mí nos interesa algo de peluquería y corte y confección-, le había dicho Nilda Vega a la empleada que anotaba a los interesados para realizar los distintos talleres y cursos de capacitación que ofreció el año pasado la Oficina de Empleo.

-¿No te animás a la carpintería? Quedan cupos-, le contestó la mujer.

-Sí, me encanta, ¿pero hay mujeres?-, fue el primer temor de Nilda.

-Sí, ya tenemos algunos grupitos-.

Así, con algunas dudas, Nilda decidió inscribirse y embarcarse junto a su hija Natalia en el taller de carpintería que se iba a dictar en la “Escuela del Trabajo” Emilio F. Olmos, una experiencia inolvidable y sumamente enriquecedora, según contaron las mujeres. 

“Siempre me gustó el tema de la carpintería, pero nunca pensé que iba a agarrar una madera ni una sierra. Había quedado sin trabajo, fui a la Municipalidad a averiguar por otros cursos y así se dio la oportunidad”, relató Nilda.

Por su parte, Natalia trabaja como empleada doméstica y aceptó la propuesta con la intención de despejarse un poco de la rutina y hacer algo nuevo.

Un mundo nuevo

Para madre e hija comenzó una experiencia nueva que les dejó un gran recuerdo y las ganas de continuar aprendiendo.

“Nos gustaría que se repita para volver a hacerlo-aseguró Natalia-. Aprendimos a usar herramientas que ni conocíamos como la garlopa, la engrampadora, la cepilladora y las sierras. Además de eso se formó un grupo muy lindo donde todos nos ayudábamos”.

Para Nilda el curso también resultó revelador para descubrir las múltiples utilidades de una simple madera y las distintas herramientas. “Nos pasa ahora que por ahí ves una madera tirada y descubrís que se pueden hacer un montón de cosas”, comentó.

Para trabajar en casa

Natalia destacó que el taller fue importante no sólo para aprender a usar herramientas y técnicas, sino también para planificar un trabajo, hacer cálculos de materiales, medidas y presupuestos.

“El taller fue completo y con lo que aprendés ya te das maña para hacer distinticas cosas, tomar medidas, usar la escuadra y hasta hacer cálculos de los materiales para no comprar de más”, indicó Natalia.

Estos conocimientos envalentonaron a la mujer y su marido para planificar futuros proyectos en su casa. “Nos animamos a comprar una sierra sensitiva, el destornillador eléctrico y la lijadora; y tenemos la idea de hacernos nuestro propio placard y el día de mañana cuando tengamos nuestra casita está el proyecto de hacer todo el bajo mesada”, admitió.

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Una terapia

Madre e hija coincidieron en que hacer el taller de carpintería fue lo más parecido a una terapia. Es más, recomendaron a otras mujeres a que se animen a este tipo de cursos que dejan tantas enseñanzas prácticas.

“Fue una terapia para nosotras, para salir de la rutina, no veíamos la hora de que llegaran los días del curso para desenchufarnos y pensar en eso. Lo que nos hemos reído también”, aseguraron cómplices las dos.

“Es sumamente recomendable para las mujeres, les va a servir para hacer un montón de tareas en casa solas sin depender de nadie”, remarcó Natalia. Por su parte Nilda aseguró: “Si hubiese un curso de albañilería soy la primera en anotarme, para mí sería importante saber hacer ese tipo de trabajos así que estoy esperando que habrán un curso de albañilería”.