“¿Tengo llamado?”, era una de sus frases. Muchos todavía lo recuerdan por la época en que conducía Al calor del verano en las tardes de la LV27 Radio San Francisco, con los mensajes a las “bichas” y los “bichos” y cuando recibía pilas de cartas de la audiencia. Y eso porque Luis Ángel Nazzi (76) es un hombre que dejó una marca en la locución y la radio no solo de nuestra ciudad, sino también de la zona.

Gran conocedor de la historia local y multifacético, confiesa que su primera pasión antes que la radio fue el dibujo, actividad que mantiene hasta hoy. Pero además, en sus ratos libres se las ingenia para hacer figuras en tallas de maderas y hasta ideó una mesa plegable con un sistema imitando a las patas de una araña.

Es también un amante del tango, del que fue un gran impulsor en nuestra zona, y tiene compuestas varias letras de canciones y poesías. También es un apasionado de la política, donde no duda en identificarse como peronista y fue concejal por el justicialismo en el primer gobierno de Martín Llaryora.

En una entrevista con Yo Digo, el programa de El Periódico TV que también se emite por El Periódico Radio FM 97.1, remarcó que a sus 76 años estaría encantado de poder tener otra oportunidad en la radio local.

Luis Nazzi.
Luis Nazzi.

- ¿En qué momento tuvo claro que se iba a dedicar a la locución?
- En el colegio secundario, fui buen alumno, terminé siendo abanderado en la escuela Yrigoyen y en la Superior de Comercio. Tenía gran facilidad para hablar, era un lorito. Se había formado la orquesta en la escuela secundaria y mi amigo José Luis “Pirulo”Buffarini me preguntó si no me animaba a presentarlos. Así arranqué, hacía los actos en la escuela, era el locutor casi por obligación porque no había otro. Y cuando arranqué con la orquesta, no paré más. Presentaba espectáculos hasta que en 1972 surge la posibilidad de la radio.

- Que era como otro mundo, una responsabilidad mucho mayor frente al micrófono por la llegada masiva de la radio.
- Sí, yo tenía la ventaja de que nunca fui locutor de propaladoras. Cuando se presentó la radio, yo ya era conocido porque hacía espectáculos, como las tómbolas en San Isidro. Y me presenté a rendir como cualquier hijo de vecino.

- ¿Cómo era que se rendía para entrar a la radio?
- Nos tomaban examen, nos hacían leer en inglés, francés, alemán y castellano para ver qué soltura teníamos al leer y si éramos capaces de sostener una conversación en la radio. Rendí dos o tres exámenes y entré. Estuve diez años en radio San Francisco y después me fui a Buenos Aires, ya era locutor nacional, había rendido en el Iser. No era nada fácil.

- ¿Qué pasó en Buenos Aires, pudo entrar en alguna radio?
- En el 83 me fui a Buenos Aires a trabajar. Tenía algunos contactos, pero no se dio. Fui y me quedé en la puerta. Tuve la oportunidad de charlar con algunos y los directores mismos me decían: “Volvete a San Francisco, acá te vas a morir de hambre, no te va a convenir”.

- Así de sinceros y de crueles.
- Sí, yo insistía en que quería, en ese entonces tenía 34 años. Me volví y me fui a trabajar en una empresa de automotores, me ocupé de la parte publicitaria. Yo tenía alguna experiencia porque había trabajado como publicitario en la radio. Al poco tiempo la empresa tuvo problemas económicos, fue cerrando y yo me incliné por la televisión, que estaba surgiendo. Fui a trabajar al canal 4, estuve dos o tres años y me fui a trabajar a Morteros. Luego volví a radio Contacto y después ya me fui a trabajar a Porteña bastante tiempo. Volví a Contacto, trabajé en Rafaela, en canal 2 y 6, y también en radio Estación.

- ¿Le gustaría hacer radio hoy?
- Sí. Hablé con algunos dueños de radio y me dijeron que por el momento no. Ellos piensan que yo soy muy caro, pero nunca hablé de dinero. 

- ¿Qué tipo de programa le gustaría hacer?
- Yo hacía un programa tipo ómnibus, de tres o cinco horas, los sábados a la tarde. Y poníamos de todo. Fui el que hice el primer programa de Los Beatles en San Francisco, a pesar de que soy tanguero. Eso me hizo tomar contacto con el rock del que tenemos hoy, no el rock and roll de antes. El rock de antes lo bailé y lo escuché en mis épocas de mozo. Teníamos un conjunto que se llamaba los Albert Boys y después se llamó los Blue Cats, teníamos pica con los Teen Dovers.

La charla con El Periódico TV.
La charla con El Periódico TV.

- ¿Y cómo llega a apasionarse por el tango?
- Empieza simultáneamente con la música de rock, en mi casa se escuchaba, tenía un tío muy tanguero y mi madre cuando era pequeño me cantaba El pañuelito y esos tangos. Al lado de mi casa había un señor que se llamaba Orlando Aldé, que ponía todos los días una vieja fonola. Ponía discos de Gardel, de Magaldi y de todos los grandes cantantes. Ahí aprendí todos los tangos viejos que cantaba Gardel. Me gustaba y me hice tanguero.

- Y de ahí a locutor en los bailes, que es una figura importante como animador.
Claro, hice muchos bailes. Bailes de reinas que hice en la zona, en Balnearia el baile de la primavera lo hacía todos los años. 

- ¿Iba con un libreto más o menos estudiado o se paraba frente a la gente e improvisabas?
Tenía una planilla con algunos detalles, los nombres, pero lo demás era todo a pulmón.

- ¿Qué pasa cuando lo que está diciendo no está llegando a la gente, se da cuenta de eso?
- Claro que te das cuenta. Y sabés cómo salir, tenés algunos recursos. Pedís un aplauso, das vuelta con alguna poesía. Yo tenía la capacidad de ser entrador con el público, de hablarles bien, nunca usé una palabra soez ante un micrófono.

- Si bien se quedó con ganas de hacer un programa en Buenos Aires, tuvo mucha audiencia en San Francisco y la zona. Y tenía bastante respuesta, antes quizás con llamados telefónicos.
- Recibía cartas y llamados telefónicos. Hacía un programa joven cuando empecé en la radio que se llamaba Al calor del verano. Yo les decía: ¿Dónde están mis “bichas” y mis bichos”? Hacía concursos y todos los días ponía tres temas pegados para que los pudieran grabar. Todos los días tenía una pila de cartas.
- ¿Y toda esa audiencia no le alcanzaba?
- Sí, me alcanzaba y me sobraba. Y no me hubiera ido nunca de San Francisco. Pero hubo cosas que me hicieron daño, que prefiero dejarlas pasar.

También incursionó en la política, fue concejal por el peronismo en 2007. ¿Por qué quiso entrar y después qué pasó que ya no siguió?
- Entré mucho antes en la política, fui locutor con Bucco y manejé la parte de protocolo cuando volví con Llaryora. Llaryora me habla para ser concejal y quedé en la puerta, entraron cinco y yo era el sexto. Pero De Franceschi pasa a ser director de la casa de Gobierno y ahí entré. Siempre fui un concejal honesto y todo lo mío se debió a la ciudad. Tuve algunos proyectos controvertidos, como cuando pretendí que 25 de Mayo se vuelva a llamar Eva Perón o que Garibaldi se llame Perón. Si una calle se llamaba Hipólito Yrigoyen, ¿por qué la continuidad no se puede llamar Perón?