En todo el departamento San Justo, de acuerdo al último Censo en 2022, hay 35 personas de 100 años o más y de ese grupo 9 son hombres y 26 mujeres. El número no disiente mucho en la categoría anterior de 95 a 99 que totaliza a 39 ciudadanos de las cuales 26 son de género femenino.

Lucía Magadalena Diale es una de estas personas y vive en San Francisco. La mujer el pasado miércoles 29 de noviembre cumplió 100 años, sentada frente a una ventana y con la luz tenue de un día nublado habló de su vida y la celebración por su cumpleaños.

“Lo recibí bien, como todos los días. Mi nieto me trajo el desayuno a la cama, yo no me había dado cuenta que ya cumplía 100 porque de algo me olvido”, le contó con una sonrisa a El Periódico.

Hoy Lucía se encuentra en silla de ruedas dado que no pudo recuperarse bien de una cirugía tras quebrarse, pero eso no la desanima ya que cuenta que últimamente se cansaba mucho.

Con ella vive su única hija María del Carmen Angiolini, que es su gran compañera junto con cuatro perritos que van y vienen por la habitación. No obstante, la familia es más amplia porque Lucía ya es tatarabuela de varios pequeños, un detalle que lo tiene bien fresco en su memoria.

Lucía vive con su hija María a la que adoptó siendo jovencita.

Longevidad

Desde joven, su vida fue sinónimo de trabajo. En su caso lo hizo hasta jubilarse en el Cottolengo Don Orione.

“Me jubilé con 150 pesos, ¿qué le parece?”, dijo de repente. La labor de Lucía estaba en la cocina, ella con sus manos preparaba la comida para los chicos.

No recuerda muy bien la edad en que se casó con su esposo, pero sí que era muy jovencita. Tampoco tiene fresco en la memoria el tiempo que pasó desde que es viuda, pero si algo sabe es que tiene una sola hija y muchos descendientes.

María contó que en la vida diaria solo requiere de atenciones para cuando debe movilizarse en la silla. Eso pasó desde que se quebró, algo que sucedió por el propio desgaste de los huesos. “Ya no podía más caminar, primero iba y volvía, pero después no llegaba y me cansaba”, explicó la cumpleañera.

Según su registro, la propia memoria, solo su abuela vivió hasta los 94 años, otros familiares lo hicieron con 80 años o menos. Hoy Lucía extraña mucho a sus hermanos a quienes tuvo que despedir.

De diez

No hay secretos para sus 100 años, solo comer de todo, eso le ha resultado porque no toma ningún remedio.

Cuando llegó al comedor de la casa, la mujer de encantadores ojos verdes venía de observar lo que pasaba en la calle y el patio. Su vida no es rutinaria sino más bien tranquila.

Sobre su pasatiempo explicó: “Me gusta ver por la ventana que da al pasillo, miro cómo van y vienen en la calle. Eso es lo que hago todos los días”. Así, sin más, sin recetas mágicas.